El gaditano Chema Cobo presenta esta tarde (19.00 horas) en la Alianza Francesa su colección 'La Vertu Tue', en la que expondrá 25 de sus obras realizadas desde los años 90 hasta la actualidad. Esta muestra está inspirada en la Revolución Francesa y su simbología e iconografía, a las que el autor concede gran espacio e importancia en sus obras. Cobo explica cuáles son las circunstancias que le llevaron a elegir esta época como objeto de su trabajo, así como cuáles considera que son las semejanzas y desvinculaciones entre la actualidad y la Revolución Francesa.

¿Cuáles son las ideas que quiere reflejar a través de esta exposición?

Busco las raíces más populares, desde el sustrato ese que hace posible la revolución. Es decir, porqué se da la barbarie, cómo se van mezclando las ideas puramente intelectuales con las ideas populares. Me interesa una vena carnavalesca. Es decir, del carnaval propio del medievo que se va recogiendo la leyenda y que el pueblo sigue haciendo. Las primeras andanadas populares que había en 1789 tienen algo de desenfreno orgiástico propio de un carnaval.

Cómo de importante es la simbología de esta época en la muestra?

Es importante, ya que la simbología tiene una parte positiva, que es muy didáctica para el pueblo de aquella época, que eran unos expertos en propaganda. En unos años fueron capaces de inventarse un mundo y teatralizarlo, que me parece maravilloso como obra de arte, pero que es un mundo muy manipulable. Yo juego a manipularlo muchas veces. Una imagen puede decir todas las cosas dependiendo de cómo organices los elementos que aparecen.

¿Por qué ha elegido la Revolución Francesa para su obra?

Me interesa mucho que por primera vez se crean una cantidad de símbolos explícitos que tratan de describir un nuevo mundo que es muy interesante. En parte, ese nuevo mundo y sus principios lo hemos vivido nosotros hasta ahora, pero me da la sensación de que se están perdiendo. También me interesan las diferentes interpretaciones que se han ido dando. Desde los pensamientos más conservadores, que lo han tachado de un acto de barbarie, al pensamiento más progresista que lo ha santificado como si fuese una religión. Y ni unos ni otros me parecen razonables.

¿Por qué considera que se están perdiendo esos principios que había en aquella época?

Vivimos en una sociedad de control. Aceptamos ese control, es decir, estamos deseando que nos controlen. Las redes sociales son, por ejemplo, un sistema de control perfecto.

Cree que nos queda algún grado de libertad?

Tenemos la libertad que nos permiten, no la que nosotros exigimos tener. El hombre tiene problemas desde siempre para manejarse con la libertad. Se estresa. Por ejemplo, se sigue votando a los mismos partidos políticos sabiendo ya lo que hay tras ellos, pero es que parece que necesitamos que nos guíen otros.

Cree que puede llegar el momento en el que los ciudadanos luchen por conseguir esa libertad plena?

No. Hace falta una cosa que se está perdiendo: el concepto de educación. Hay que tener en cuenta que la universidad y la escuela son cada vez más desastrosas. La gente ya utilizaba Facebook, que también era un sistema de control pero al menos se podía escribir y leer, ahora la gente sin embargo se ha pasado a Instagram, en el que solo tenemos que mirar «fotitos». El índice de lectores de libros en este país está por los suelos, cada vez se lee menos y tampoco interesa. Están desapareciendo asignaturas fundamentales. Además, se está adoctrinando a los jóvenes en lugar de fomentar la crítica o el debate.

Las expectativas son bastante negativas.

Bueno, yo no soy profeta. Es cierto que aunque se están perdiendo, como he dicho antes, muchos principios de la revolución, también hemos conseguido otras muchas cosas. Hoy se habla de los derechos del ser humano. Que se respeten es otra cosa, pero se habla de ello, por ejemplo.

Y con respecto al mundo del arte, ¿cuál considera que es la situación actual en España?

En general mal, pero hay artistas, es lo importante. El arte se mantiene porque existe un gran mercado, que después de la crisis quedó un poco disminuido, pero parece que va mejorando. También creo que hay una mayor oferta que demanda.

¿Cree que está bien visto ser artista hoy en día?

Si estuviese bien visto yo no sería artista. Porque me parece una actitud ante las cosas. Y es una actitud entre comillas de discusión permanente de lo que se da por hecho. Es poco aceptable en cualquier sociedad ser artista, pero bueno, los sistemas de control hacen que uno se autocensure. Hay cosas que tú mismo sabes que no puedes decir aunque lo estés pensando.

¿Y se ha autocensurado alguna vez en sus obras?

Lo menos posible. De todas formas, lo bueno del artista es que puedes utilizar triquiñuelas para decir lo que quieres sin que se note a primera vista.