Ángela y Alejandro son dos de los niños que este miércoles poblaron La Caja Blanca para disfrutar de un espectáculo musical. Risas, cuchicheos y aplausos acompañaron a las notas de El mundo del canto. Eso es lo que se oía. ¿Y qué se veía? Un ambiente cargado de sonrisas, alegría, ilusión, inocencia, y, sobre todo, aprendizaje. Estos dos pequeños de 10 años abandonaron el auditorio con una firme e inequívoca conclusión: «Hemos aprendido mucho sobre la música, aparte de lo que ya se enseña en el colegio». La sonrisa e ilusión de un niño no tienen precio, desde luego, y ése es el mejor premio para la Fundación Musical de Málaga, organizadora del Ciclo de Conciertos Didácticos, que esta semana celebra su décima edición.

El objetivo reside en el aprendizaje, en el crecimiento y desarrollo de los niños a nivel educacional con la música como principal recurso. «La Fundación se vuelca en difundir la música hacia niños y jóvenes mediante esta iniciativa, hacemos que aprendan y que disfruten aprendiendo», señala Belén Vázquez, secretaria de la institución. «Muchos nunca han visto un instrumento en directo ni su puesta en escena, por ejemplo; aquí les facilitamos esa posibilidad», agrega.

Se trata del décimo año consecutivo de esta propuesta musical, cita que comenzó el pasado lunes 12, con la ópera La Flauta Mágica, y que finaliza este viernes, con el jazz como coda a una semana que los colegios malagueños señalan con rojo en su calendario. «En enero los avisamos para que hagan las reservas y se llena el cupo en cuestión de una semana, muchos se quedan fuera por falta de aforo», comenta la secretaria de la Fundación.

Es la prueba del éxito de este proyecto, que, a lo largo de estos diez años, ha visto a más de 20.000 escolares disfrutar de la música. Hay espacio para todos, desde el siempre difícil de sorprender adolescente de 16 años hasta el pequeño inocente de tan solo 4. Todos disfrutan de la música, ella se adapta a sus necesidades y gustos. «El año pasado, durante la actividad del cuentacuentos, los niños de 4 y 5 años ni siquiera salieron al baño, algo recurrente a esa edad. Estaban embobados», recuerda con entusiasmo la responsable, quien espera la misma respuesta para el día de hoy, cuando dicho cuentacuentos musical vuelve a ser el protagonista.

La alegría de los niños es la alegría de Belén Vázquez. No es algo que pueda esconder. «Esta semana es el colofón a muchos meses de organización, es una maravilla ver disfrutar a los niños, la sonrisa es el mejor feedback», afirma la secretaria de la Fundación Musical.

La música es un elemento vital en la formación del crío, al igual que los idiomas o la biología, y eso es algo que en la Fundación Musical de Málaga tienen claro: «Es muy importante a nivel cultural, a pesar del poco peso que tiene en el sistema educativo de hoy». De ahí su compromiso. Una razón más por la que seguir volcándose con los niños, un motivo más por el que hacerlos sonreír mientras aprenden a conocer y disfrutar de la música. «Para amar algo, hay que conocerlo. Eso intentamos aquí. Luego, ellos deciden», asegura Vázquez.