José Luis Gutiérrez ultima exposición en la Escuela de Artes de San Telmo. El 5 de abril (a partir de las 19.30 horas) presentará Incomunicados, «retratos de soledades, de seres ausentes atrapados en las pantallas de sus móviles, cautivos, que como en la caverna de Platón, viven en un universo distante y paralelo, almas condenadas a interpretar las sombras y las luces de sus artefactos como la única realidad a la que responden, la única verdad que les acompaña», asevera Cayetano Romero en el texto que acompaña el catálogo de la muestra, que estará en cartel hasta el 27 de abril.

Se trata de recreaciones de obras icónicas de la historia del arte pero actualizadas, siempre a partir de la incomunicación tan propia de nuestro tiempo hipercomunicado. Hay, por tanto, crucifixiones, últimas cenas, revisiones de La joven de la Perla o La Ronda de Noche, pero la iluminación de los personajes no corre a cargo de velas sino de un dispositivo móvil o tablet. Como atractivo de Incomunicados, una de las obras revisadas es Y tenía corazón (Anatomía del corazón), de Enrique Simonet, la pieza más emblemática del Museo de Málaga.

«El dejá vu pictoricista al que recurre José Luis Gutiérrez en este proyecto, se justifica en lo que tiene de revisión, de repetición, de volver a ser siempre lo que fue, pero esta vez y sobre todo en lo que tiene de constatación de un presente pasivo y vacío. La mirada siempre en otro sitio, el deseo siempre en otra parte. Las otras vidas que podemos intuir por el reflejo de un móvil en los rostros de los personajes de Gutiérrez, transcurren hoy muy lejos de la escena y de la luz difusa de un cuadro de Vermeer», abunda Romero, para quien Incomunicados prueba que «la misma belleza, la misma crueldad que nos conmueve hoy, ya heló el corazón de los que estuvieron antes».