La voz curtida en mil escenarios de Antonio de Canillas, el cantaor malagueño que hizo de la saeta un arte superior, se ha apagado para siempre. Antonio Jiménez González, nacido en Canillas de Aceituno en 1929, falleció ayer a los 88 años a causa de un cáncer de hígado en su casa del malagueño barrio del Molinillo.

El creador de la saeta malagueña era, no obstante, un experto en todos los cantes locales y su poderío vocal era digno de admiración por todos. El veterano cantaor recibió numerosos reconocimientos a lo largo de su extensa carrera profesional, entre los que destacan la Lámpara Minera del VI Concurso del Cante de Las Minas de La Unión o la Saeta de Oro de Sevilla. Con su fallecimiento, Málaga pierde a su cantaor más veterano y a una figura fundamental para entender el cante jondo. Cuando Antonio de Canillas cantaba por seguiriyas o soleá, el tiempo parecía pararse. El mundo del flamenco llora la pérdida de un artista que hizo grande el cante desde su Málaga querida.

El Ayuntamiento de Canillas de Aceituno ha decretado tres días de luto oficial por el fallecimiento de su ilustre vecino, hijo predilecto de la localidad, y continuará organizando el concurso de flamenco que lleva su nombre que se celebra cada mes de julio desde hace cuatro años. El sepelio del cantaor se celebrará hoy en el camposanto de este municipio.

Por su parte, el próximo Pleno Municipal del Ayuntamiento de Málaga aprobará el expediente de la concesión de la medalla de la Ciudad y el nombramiento de hijo adoptivo a título póstumo al cantaor. La concejala Teresa Porras recordó que el Ayuntamiento venía trabajando desde el mes de febrero en este sentido, de modo que ya se está incoando el expediente. El alcalde, Francisco de la Torre, ha nombrado en un decreto, fechado el 20 de febrero, instructora del expediente a la concejala de Fiestas. Desde esta área municipal ya se están recibiendo cartas de adhesión que se incorporarán al expediente. La concesión de esta distinción municipal al cantaor se llevará al próximo Pleno para ser aprobado en una moción institucional.