Como aseguran en los anuncios de no sé cuál programa de dibujos animados del canal Boing, hay personas que no son superhéroes pero cuyas vidas son superaventuras. Aquí les presento a Santiago Salviche, un malagueño que hace justo diez años salió de su tierra natal con dos ideas claras: aprender inglés y convertirse en actor. ¿Que como ha terminado dirigiendo el último videoclip de Jennifer Lopez, 'El anillo', y preparar una nueva serie para Netflix? No hay camino recto en la vida de un superaventurero, me temo.

Salviche viajó a Escocia para hacerse con el idioma de Shakespeare pero, cuenta, allí descubrió el teatro. Desde entonces simultaneó la formación en su vocación (sí, la interpretación) con el aprendizaje y el desarrollo de la que sería su profesión: ingeniero petrolero. Y se convirtió en el malagueño errante: trabajó en las costas de Malasia, el Golfo de México, Irán, India... Cuando podía viajaba a Los Ángeles para profundizar en la actuación. La técnica Meisner pronto le sedujo: para simplificar, se trata de una evolución del método Stanislavski, pero a diferencia de éste, que promueve que el actor use la memoria emocional, promulga el empleo realista de la imaginación y la creatividad.

Y allí, en la meca del cine industrial, se terminó quedando, aunque su carrera dio otro viraje: levantó una productora y empezó a realizar comerciales para firmas tan importantes como Emporio Armani o Gatorade, entre muchas otras. En su camino se cruzó Jessy Terrero, un dominicano habitual en los créditos de grandes iconos de la música latino comercial como Paulina Rubio, Nicky Jam y Daddy Yankee (también dirigió en 2012 a Robert DeNiro y 50 Cent para el thriller 'Unidad de élite'). Y vieron el nicho de mercado ante sus ojos: «Tenemos que abrir una compañía que le dé amor al mercado latino y represente el mercado de habla hispana aquí en L.A., porque no había ninguna; todas las compañías estaban en Miami, Colombia o Venezuela», recordó Salviche en una reciente entrevista con Unomag.

La compañía se llama Cinema Giants. Y Salviche pasa un tiempo «con la corbata puesta», como suele decir para referirse a su trabajo más de reuniones, a sus tareas propias de productor ejecutivo... Hasta que el gusanillo de dirigir volvió a hacer de las suyas: videoclips para CD9, Ludmilla y Schuster, entre otros, prologaron sus bombazos más recientes. Porque suyos son los videoclips de Enrique Iglesias y Descemer Bueno (Nos fuimos lejos: más de 33 millones de visualizaciones en YouTube), Ricky Martin y Maluma (Vente pa'ca: 1.399.440.118) y Jennifer Lopez (El anillo: 53.443.580 visualizaciones en tres semanas).

¿Cómo llegó a un encargo de la magnitud del de la diva del Bronx? Salviche lo explica así: «Ella estaba buscando un director de habla hispana para este proyecto en particular y la idea que más les gustó fue la nuestra. Me dijeron: A Jennifer le gusta la idea, súbete a un avión y vete a Las Vegas. Fui a verla a Las Vegas. Me senté con ellos, con ella y con su mánager Benny Medina durante un tiempo para hablar del tema. Hablamos un ratito en Las Vegas justo antes de sus shows y todo fue muy positivo; mucho cariño por parte de ella y de Benny». Y se cerró el trato.

Fue del malagueño la idea de contratar a Miguel Ángel Silvestre (conocido en EEUU por su participación en la serie de televisión Sense8) como partenaire de la Lopez en El anillo: «No quería modelos; quería un actor. Y se me pasó por la cabeza Miguel Ángel... Es que éste es el rey [el personaje que incorpora en el videoclip]. Este muchacho es un tremendo actor, me dije». Quedaron en un Starbucks y comprobaron que se encontraban en la misma sintonía.

Tiene múltiples aventuras en el horizonte (la más inminente, una serie de diez episodios para Netflix de la que nada más se sabe todavía), pero, como buen aventurero, tiene como lugar más especial su puerto de origen, Málaga. En estos diez años Santiago no ha perdido su acento boquerón ni tampoco la oportunidad de presumir de tierra natal cada vez que se le presenta (echen un vistazo a sus cuentas en las redes sociales). Oiremos hablar más de él, seguro.