Orquesta Filarmónica de Málaga

Dirección: Manuel Hernández Silva

Programa: Sinfonía nº6 en La menor 'Trágica'

La Sexta Sinfonía de Mahler se ha vinculado, con más o menos originalidad, a la propia trayectoria vital del compositor bohemio y sus últimos trabajos. Del conjunto de teorías, y al contemplar la propia arquitectura de esta sinfonía parece más lógico aceptar la idea de una sinfonía de fin de ciclo o mejor dicho de cierre de una época puesto que Mahler sirve de nexo entre el romanticismo final y el arranque de la segunda escuela vienesa liderada por Schoenberg. Pero la realidad casa algo justa si se consideran trabajos de la factura de la Novena por no hablar de los ciclos de lieder. Por tanto, cobra sentido situar la página dentro del plano estético y formal planteado por el músico.

Nuevamente otra sinfonía mahleriana ha sido la elegida por el titular de la Filarmónica de Málaga, Manuel Hernández Silva para cerrar la veintiocho temporada de abono. Si en la temporada pasada lo fue de la mano de la inolvidable tercera -el listón quedó entonces bien alto- la conocida como 'Trágica' fue la protagonista de este último programa. Sobre el escenario del Cervantes apareció una orquesta casi doblada en atriles dadas la exigencias anotadas por Mahler (maderas a cinco, ocho trompas…) con el peligro que supone sacrificar marca propia, debate que excede el marco de esta crítica.

Hernández Silva asumiría el reto y el compromiso ambicionado al programar esta Sexta Sinfonía. Ha sido valiente; muy probablemente otra batuta hubiera optado por un programa más resultón pero lo cierto es que el peso de la contraprogramación ni alteró los planes ni afortunadamente el aforo del coliseo. El Mahler del titular de la OFM tuvo intención y altas dosis de genio si bien la realidad ofrecería un primer movimiento en líneas generales opaco y difuso en emisión. Apetecía desbordado cuando no exagerado en hechuras. Resuelta la percusión y cuerdas graves con atención especial a las violas y cellos frente a los violines, sencillamente sobrepasados.

El andante moderato presumiría de equilibrio, Hernández Silva dibujó un tiempo de antología, sosegado permitiendo aflorar el Mahler más personal y ausente de la agilidad dinámica que distinguió toda la interpretación. La coherencia formal planeó sobre el scherzo antesala al extenso tiempo conclusivo tan complejo como inabarcable. Destacar el papel de las trompas a lo largo de toda la sinfonía compartiendo mérito con el resto de bronces y en cuanto a las maderas, el buen hacer de los fagotes.

De todo lo escrito y de las conclusiones aquí anotadas planea un reto que no es otro que una nueva pasada de este trabajo sinfónico. Maestro Hernández, vuelva nuevamente a la Sexta Sinfonía.