El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, aseguró ayer que la fase de la desaceleración a nivel mundial podría prolongarse "más de lo inicialmente esperado" porque la coyuntura internacional sigue muy complicada. No obstante, consideró que desde marzo han remitido los riesgos de que se produzca una crisis financiera con una recesión global.

Así lo puso de manifiesto en un almuerzo organizado por la Cámara de Comercio Americana en España, donde afirmó que la mayor inflación no se ha debido tanto al incremento salarial como al aumento de los márgenes empresariales. Además, pedió a empresarios y sindicatos que trabajen por la estabilización de los precios.

Sin vuelta atrás.En cuanto a las condiciones financieras a nivel mundial, consideró difícil que puedan volver a ser tan holgadas como lo fueron en el último lustro, puesto que, a su parecer, no es previsible que se repitan la conjunción de circunstancias que las propiciaron. Fernández Ordóñez señaló también que la fase expansiva de los últimos años generó un proceso de intensa innovación financiera.

El gobernador del Banco de España reconoció que el proceso de ajuste está siendo "intenso, costoso y prolongado", aunque consideró probable que la liquidez vuelva paulatinamente a los mercados y que las condiciones de financiación se relajen a medida ue la situación se normalice.

Para Fernández Ordóñez, otro factor de preocupación lo constituye el resurgir de la inflación, que ha alcanzado una intensidad desconocida en la última década, ya que, a nivel global, desde 2007 se ha incrementado en más de dos puntos porcentuales. Así, aseguró que los riesgos de precios se han multiplicado en los últimos meses, sobre todo, por la escalada del precio del crudo.