En España, el aumento de precios sería del 17,9%, con un descenso del consumo previsto del 7,7%, según las cifras de la Comisión.

Las nuevas accisas mínimas deberán ser del 63% del precio de venta de un paquete de 20 cigarrillos (o 90 euros por cada 1.000 cigarrillos), frente al 57% del precio de un paquete ó 64 euros por 1.000 cigarrillos actuales.

El comisario europeo de Fiscalidad, Laszlo Kovacs, afirmó en una conferencia de prensa que el objetivo es favorecer un menor consumo, ya que "la fiscalidad forma parte de la política sanitaria".

Según un estudio del Banco Mundial citado por la Comisión, un aumento de precios del 10% se traduce en un descenso de ventas del 4% entre los adultos en países ricos, y el impacto puede ser mayor entre los jóvenes, cuyo presupuesto es más sensible a una subida de precios.

La propuesta de la CE prevé que ese aumento de la fiscalidad mínima sea progresivo hasta 2014, aunque los países que más tendrían que subir los precios dispondrán de 1 ó 2 años adicionales para aumentar los impuestos.

El Ejecutivo comunitario apuesta además por modificar la forma en que se definen los precios en función de los productos de tabaco.

Actualmente, el cálculo se realiza respecto al precio del paquete de la marca de cigarrillos más vendida de cada país comunitario, lo que implica grandes diferencias entre cada Estado miembro, que pueden llegar hasta un 600%.

Por ello, el 13% del tabaco consumido en la UE procedía de otros países (según cifras de 2004), aunque la cifra supera el 20% en algunos de los principales mercados.

Se calcula que el 8-9% del consumo era tabaco de contrabando, mientras que el resto había sido transportado legalmente entre países comunitarios.

Kovacs dijo que las compras en países de la UE con menores precios y el contrabando "socavan los presupuestos y los servicios sanitarios, y distorsionan el Mercado Único".

Por ello, la CE propone emplear una media ponderada del precio de todos los cigarrillos.

El objetivo de Bruselas es intentar impedir que los ciudadanos compren labores de tabaco en países vecinos donde el precio sea más bajo.

Las diferencias más extremas se producen en el Reino Unido, donde el precio del paquete de 20 cigarrillos de la marca más vendida es de 8,12 euros, y en Letonia (1,19 euros). En España es de 2,40 euros.

Cuatro países que ya tienen impuestos mínimos muy elevados (Reino Unido, Irlanda, Francia y Suecia) no estarán afectados por esta medida, aunque son libres de decidir por su cuenta subir la fiscalidad sobre el tabaco.

Además, la Comisión propuso también aumentar los impuestos sobre el tabaco de liar, que sufre una tasación mucho más ligera que los cigarrillos.

Kovacs explicó que, mientras las ventas de cigarrillos han bajado un 10% entre 2002 y 2006, las de tabaco de liar se han incrementado en la misma cifra durante ese período.

"Es importante que el tabaco de liar esté a la misma altura que los cigarrillos confeccionados" a fin de que no haya "una sustitución entre productos", explicó.

En cuanto al tabaco de pipa, su consumo en la UE ha caído un 50% en los últimos diez años, por lo que representa una parte marginal del mercado.

El comisario reconoció que la aprobación y puesta en marcha de estas medidas puede favorecer el que los ciudadanos de la UE salgan a países extracomunitarios vecinos a comprar tabaco más barato (citó el ejemplo de Ucrania), pero dejó claro que "eso no es un problema de fiscalidad, sino de aduanas".

La decisión sobre la propuesta debe tomarse por unanimidad, pero Kovacs confía en que pueda estar aprobada para finales de 2009.