Lee Kun-hee estaba acusado de evadir los 45 millones de dólares que le correspondía pagar por un fondo de 4.600 millones de dólares que había ocultado en cuentas bancarias de las que eran titulares otros ejecutivos de la empresa.

Por otro lado, Lee fue absuelto del cargo de prevaricación, en su intento de transferir el control de la empresa a su hijo, Lee Jae-yong.

La semana pasada el fiscal pidió siete años de prisión y una multa de 350 millones de dólares para ex presidente de Samsung por todos esos cargos.

Sin embargo, Lee Kun-hee fue considerado culpable únicamente de evasión fiscal, condenado a tres años de prisión, aunque no tendrá que ingresar en ningún centro penitenciario, y obligado a pagar una multa de 110.000 millones de wones (unos 109 millones de dólares).

Lee, de 66 años, fue acusado en abril de estos cargos después de tres meses de pesquisas del fiscal independiente, por lo que dimitió de su cargo como parte del plan de reforma que anunció la compañía tras la investigación.

Lee Kun-hee asumió el mandato de la empresa en 1987 y en veinte años convirtió a Samsung en el primer conglomerado empresarial surcoreano, responsable del 20 por ciento de las exportaciones del país.

En un caso similar, un tribunal de apelación también abortó el pasado año el ingreso en prisión del presidente de Hyundai Motor, Chung Mong-koo, por un caso de malversación de fondos, al tener en cuenta su contribución a la economía del país.