Más alentadores fueron los datos de inflación subyacente, que excluyen los precios más volátiles de la alimentación y la energía, y que se situó en el 0,3 por ciento el mes pasado, ligeramente por encima del 0,2 por ciento previsto.

Los precios energéticos fueron los principales responsables del repunte inflacionario en junio, al aumentar un 6,6 por ciento.

El dato llega tras la comparecencia ayer ante el Congreso del presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, quien trazó un lúgubre retrato de la situación económica estadounidense y calificó de "inusualmente incierto" el panorama inflacionario.

El calentamiento inflacionario añade presión sobre la primera economía mundial, que vive la peor crisis inmobiliaria en décadas y asiste a un debilitamiento sostenido de las grandes entidades financieras del país.

El consenso de economistas de Wall Street había pronosticado que la inflación sería del 0,7 por ciento en junio.

Con las cifras de junio sobre la mesa, el IPC ha aumentado un cinco por ciento en los últimos doce meses, en el que supone el mayor incremento interanual desde 1991, informó este miércoles el Gobierno.

El mercado esperaba que el incremento interanual fuese del 4,5 por ciento.