Se espera que ocho trayectos sean suprimidos y que, como ya ocurrió ayer, otros 70 vuelos nacionales o europeos deban ser anulados.

Con ello se mantendría la estrategia ascendente del sindicato del sector servicios, Ver.di, que convocó a finales de la semana pasada la huelga indefinida.

Mientras que el lunes apenas se apreciaron incidencias, en la segunda jornada, el martes, unos 5.000 empleados secundaron los paros en los aeropuertos de Fráncfort, Hamburgo y Berlín, lo que provocó las mencionadas anulaciones de vuelos europeos.

Lufthansa puso en marcha un plan de emergencia consistente en contratar servicios externos, tanto para el "catering" como para el mantenimiento de los aviones.

Las negociaciones salariales fracasaron la semana pasada al rechazar Ver.di una oferta con un aumento salarial del 6,7 por ciento en casi dos años, además de una paga extraordinaria única, lo que de facto se traduciría en un incremento anual del 3,35 por ciento.

El sindicato exigía para unos 50.000 empleados de cabina y tierra un aumento del 9,8 por ciento y un convenio con una vigencia de sólo un año.

Esta huelga indefinida agrava la situación en la compañía, que la semana anterior afrontó ya la que llevaron a cabo los pilotos de sus filiales Cityline y Eurowings.

Lufthansa se vio obligada a anular el martes y el miércoles más de 900 vuelos debido a la huelga de 36 horas de los pilotos de sus filiales, movilización que afectó a unos 30.000 pasajeros.