Ayer volvió a ser un día negro para la bolsa española que cerró con un descenso del 5,4%, el segundo mayor del año. El culpable, las dudas sobre el contagio de la crisis griega a nuestra economía que no sólo se vio en la caída del Ibex 35, si no también en la deuda, con una nueva subida del tipo de interés de nuestros bonos a largo plazo, incrementándose el diferencial frente al "bund" alemán y como el coste de asegurar nuestra deuda a través de CDS (seguros de impago) subían medio punto en un solo día.

Unos editoriales, unos rumores intencionados ¿Pueden causar una debacle como la ocurrida ayer? El problema reside principalmente en la credibilidad medida en diferentes facetas. España no se puede comparar con Grecia, es cierto, tanto en PIB como en el peso de la deuda frente a este, aunque si estamos lamentablemente mucho peor en tasa de desempleo que en España es más del doble. Lo que ahora se mide es la capacidad de acción y de reacción, el primer partido se juega en casa, el segundo fuera, pero ambos son vitales para nuestra recuperación económica.

La acción se mide en la capacidad de España de tomar medidas para que no se deteriore la situación, y dar seguridad de que el contagio griego es imposible. En este aspecto se está penalizando el retraso en ciertas medidas como la reforma laboral, que después de dos años de crisis aún no se ha puesto en marcha, dudas sobre el plan de austeridad y si éste recortará el gasto público e incluso si llegado el peor de los escenarios, el Ejecutivo podría plantear un recorte tan drástico en salarios de funcionarios y pensiones entre otros aspectos como en el país Heleno.

Pero también se mide la reacción, y es si la millonaria ayuda a Grecia y las medidas tomadas por el ejecutivo de Yorgos Papandreous van tomando forma. No hay que olvidar que la ayuda va condicionada a que trimestralmente se cumpla el plan de recorte, y ayer mismo los sindicatos griegos "tomaban" la Acropolis en su tercera huelga general de los últimos meses.

Si a esto le añadimos las elecciones regionales alemanas, sin duda las causantes de la mayor "tensión" por parte de Alemania en la negociación del rescate griego, la incertidumbre de las legislativas británicas que pueden llevar a que no se consiga una mayoría absoluta por ningún candidato o incluso las consecuencias financieras del desastre medioambiental del Golfo de México, el resultado es lo peor que puede pasar a los mercados, incertidumbre, que incluso en el día de ayer saltó al otro lado del Atlántico.

Los más perjudicados los bancos, son los más sufren los vaivenes del mercado de deuda, colocan miles de millones a diario, renuevan su financiación constantemente y con estos movimientos lo hacen a un precio mayor, además se le suma en España la prima de riesgo del incremento de morosidad y que si sigue sin crecer la tasa de empleo, el problema del enorme parque de viviendas que han canjeado por deuda a las promotoras inmobiliarias será difícil de hacer líquido. Los bancos, encabezados por Banco Santander y BBVA suponen un tercio de la capitalización del IBEX, por lo que cualquier movimiento por la desconfianza de los mercados se contagiara rápidamente vía bancos a toda la bolsa.

Todos estos nubarrones, no se irán en pocos días, por lo que la volatilidad, los vaivenes en el mercado no desaparecerán en este mercado no apto para cardiacos. De cómo se actúe, de sus resultados y de cómo se transmitan estos dependerá la economía financiera y real.

Los mercados anticipan los movimientos de la economía real, las subidas y bajadas, solo demuestran que la incertidumbre es ahora la reina del mercado español.

Antonio Gallardo director de contenidos de www.iahorro.com, comparador de bancos