La Fiscalía Federal de Estados Unidos está investigando si el banco estadounidense Morgan Stanley engañó a los inversores sobre la venta de productos derivados hipotecarios, que ayudó a diseñar y contra los que apostó en algunas ocasiones, según recoge hoy 'The Wall Street Journal', que cita fuentes cercanas al asunto.

Según el diario, Morgan Stanley estructuró y comercializó obligaciones de deuda colateralizada (CDOs), al mismo tiempo que su mesa de trading apostaba que su valor caería. En este sentido, los investigadores están estudiando si, entre otras cosas, Morgan Stanley proporcionó las informaciones adecuadas sobre ellos. Entre los productos que están siendo analizados se encuentran los conocidos en el mercado como 'Presidentes muertos'.

La causa contra Morgan Stanley se encuentra en una fase "preliminar", y conseguir probar que existen causas penales es un desafío para las autoridades estadounidenses, ya que el Gobierno debe probar que existe "más allá de una duda razonable" sobre la posibilidad de que la empresa o sus empleados engañaran a los inversores.

La fuentes explicaron al periódico que, aunque la entidad pudo haber ganado dinero con estos productos, cualquier beneficio que hubiera obtenido se vería ensombrecido por los 9.000 millones de dólares (7.092 millones de euros) que la compañía perdió en apuestas hipotecarias en 2007.

Un portavoz del banco estadounidense aseguró que el Departamento de Justicia no ha contactado en ningún momento con la entidad sobre las operaciones que señala el diario, así como que no tiene conocimiento de que se haya iniciado una investigación sobre las mismas.

La causa contra Morgan Stanley surge a raíz de una investigación contra el fraude civil iniciada en 2009 por la Comisión de Valores de EEUU (SEC por sus siglas en inglés) que investiga el negocio de los bonos hipotecarios en una docena de entidades de Wall Street.

Esta investigación se suma a la que está llevando a cabo la SEC sobre Goldman Sachs y a uno de sus vicepresidentes por un presunto fraude relacionado con instrumentos de deuda vinculados a hipotecas 'subprime'. En concreto, alega que la entidad estructuró y comercializó obligaciones de deuda colateralizada (CDO) dependientes de la evolución de valores respaldados por hipotecas residenciales 'subprime' (RMBS) sobre los que no proporcionó "información vital" a los inversores.