La Comisión Europea aprobó hoy la fusión entre las aerolíneas Iberia y British Airways (BA) al considerar que la operación, que dará lugar a la tercera compañía de Europa, por detrás de Lufthansa y de Air France-KLM, y a una de las cinco más importantes del mundo, no plantea problemas de competencia.

Aunque las actividades de ambas aerolíneas, miembros de la alianza Oneworld, se solapan en los ámbitos de transporte de pasajeros y mercancías, asistencia en tierra, mantenimiento, reparación y revisión, la CE entiende que seguirán teniendo que hacer frente a una competencia lo suficientemente fuerte en el sector.

La CE examinó en concreto el impacto que la operación supondría para el transporte de pasajeros en las rutas cortas Londres-Madrid y Londres-Barcelona y concluyó que los pasajeros seguirán contando con alternativas adecuadas para volar en estas rutas.

Bruselas estudió, por otro lado, los efectos de la fusión en una serie de rutas largas y cortas y también estimó que la entidad fusionada tendrá una competencia suficiente.

En cuanto al transporte de mercancías y a los servicios de asistencia en tierra, la Comisión llegó a la misma conclusión y también comprobó que la fusión no tendrá una repercusión significativa en el mercado de servicios de mantenimiento, reparación y revisión.

Ambas compañías mantendrán su marca y respetarán sus operaciones de dimensión nacional, pero juntas tendrán una flota de más de 420 aviones y abarcarán destinos en más de cien países.

Iberia y BA esperan ahorrar alrededor de 400 millones de euros anuales a partir del quinto año de funcionamiento de la nueva aerolínea.

La fusión fue sellada en abril, casi dos años después de que ambas aerolíneas revelasen por primera vez sus intenciones de colaborar, todo ello en un contexto de crisis en el sector aéreo que ha favorecido este tipo de operaciones en las últimas décadas.

La CE recibió la notificación oficial de la operación el pasado 10 de junio. La Comisión Europea autorizó también hoy la alianza entre Iberia, British Airways (BA) y American Airlines (AA) para la explotación conjunta de las rutas del Atlántico Norte al considerar que son adecuados los remedios propuestos por las compañías para solucionar los problemas de competencia que había detectado Bruselas.

Esta decisión convierte en jurídicamente vinculante por diez años el compromiso de las aerolíneas de ceder franjas horarias de aterrizaje y despegue en el aeropuerto de Heathrow (Londres) para facilitar la entrada o expansión de competidores en las rutas entre Londres y Nueva York, Boston, Dallas y Miami y concluye la investigación de la CE.

La operación ya ha recibido el visto bueno de las autoridades de la competencia estadounidenses.

El Ejecutivo comunitario había manifestado en septiembre su preocupación sobre ciertos aspectos de la operación que podrían violar las normas antimonopolio de la UE y perjudicar a los consumidores en las rutas transatlánticas, recuerda un comunicado.

En consecuencia, las aerolíneas se comprometieron a ceder las citadas franjas horarias de aterrizaje y despegue, una medida que la CE concluyó que es adecuada tras llevar a cabo una prueba de mercado.

"La decisión adoptada hoy permitirá a las aerolíneas poner en marcha la alianza transatlántica a la que aspiraban desde hace mucho tiempo", confirmó el vicepresidente de la CE y responsable de Competencia, Joaquín Almunia.

Según el comisario, gracias a los remedios propuestos por las aerolíneas, la operación se llevará a cabo sin perjudicar a los 2,5 millones de pasajeros que anualmente utilizan la ruta Londres-Nueva York y otras rutas afectadas, que podrán seguir beneficiándose de un abanico de frecuencias y precios competitivos.

Las compañías también propusieron facilitar a la competencia franjas horarias en el aeropuerto neoyorquino John F. Kennedy y dar acceso a sus programas de fidelización en ciertas rutas, lo que permitirá a los pasajeros de los nuevos operadores autorizados por la CE acumular y canjear puntos.

Para lograr el visto bueno comunitario, Iberia, BA y AA tuvieron también que permitir la combinación de tarifas y ofrecer acuerdos especiales para las rutas afectadas a fin de que sus competidores puedan vender billetes para vuelos de las partes y facilitar el acceso al tráfico de conexión.

Asimismo, se comprometen a presentar regularmente a la Comisión datos relativos a su cooperación, lo que facilitará la evaluación del impacto de la alianza en los mercados.