El Gobierno, los partidos, banqueros y empresarios portugueses rechazaron en bloque el recorte de la calificación que asigna la agencia Moody's a la solvencia del país, por considerarlo injustificado, a la vez que reclamaron una respuesta a nivel europeo.

Las críticas a la acción de la agencia de calificación de riesgo fueron generalizadas e incluso el primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, la calificó de "un puñetazo en el estómago" para el país, en una declaración recogida por las cámaras de televisión durante su reunión con los presidentes de las patronales lusa y española.

Como consecuencia del recorte de la calificación, la presión sobre la deuda portuguesa se desbocó y elevó los intereses que penalizan las obligaciones lusas a diez años en el mercado secundario hasta el 13,06 por ciento, un nuevo máximo histórico desde la entrada en vigor del euro.

Desde la Jefatura del Estado, el presidente de Portugal, Aníbal Cavaco Silva, resaltó que "no hay una mínima justificación" para el recorte de la calificación llevado a cabo por Moody's", según informaron fuentes oficiales a medios estatales lusos.

"Las cuestiones en torno a la evaluación del riesgo y la calificación financiera de los estados miembros de la Unión Europea merecen una respuesta europea", añadieron estas mismas fuentes.

Críticas desde Bruselas

En este contexto, España prevé colocar este jueves hasta 3.000 millones de euros en una subasta de bonos a catorce y quince años, una puja que, según los analistas consultados por Efe, tendrá demanda, pero un precio que habrá que ajustar a la situación del mercado.

En concreto, José Luis Martínez de Citi señaló que la situación del mercado, tras la rebaja de Portugal, es ahora "más complicada" para la subasta. No obstante, mostró su esperanza de que la demanda de la colocación siga siendo "importante", aunque haya que ajustar el precio al nivel de mercado.

De la misma opinión fue el economista jefe de Intermoney, José Carlos Díez, quien estimó que la situación de los mercado puede provocar que se eleve la rentabilidad de la deuda.

Díez criticó que la rebaja llevada a cabo ayer por Moody's ha sido "injustificada" y "no tiene ningún sentido", ya que, según dijo, la situación del país ha mejorado en los últimos tres meses.

A su juicio, el impacto que ha tenido en el mercado la medida de la agencia de medición ha sido "tremendo" no solo para las bolsas, sino también para las primas de riesgo de los países periféricos, entre ellos España, uno de los más expuestos a la deuda portuguesa.

La directora de Análisis de Ahorro Corporación, Inma Garrido, también incidió en que España se ha visto afectada por la decisión de Moody's no solo por el efecto contagio, sino también por la exposición del sector financiero a Portugal.

Tras la decisión de Moody's, la prima de riesgo española, que comenzó la jornada en 252 puntos básicos se fue incrementando hasta cerrar en 267, una tendencia alcista que también han registrado otros países periféricos como Grecia, que cerró en 1.346 puntos básicos, frente a los 1.317 de la víspera.

El diferencial irlandés también se elevó hasta 924 puntos básicos, desde los 830 del martes, mientras que el de Portugal se disparó hasta los 977 puntos básicos, desde los 774 en que terminó la pasada jornada.

Las bolsas europeas también se vieron afectadas por la rebaja de la calificación de Portugal.

A raíz de estos acontecimientos se generó una cascada de críticas sobre la decisión de Moody's, especialmente desde la Comisión Europea, que calificó la medida de "desafortunada" y señaló que el momento "no es solo cuestionable, sino que se basa en escenarios hipotéticos".

La rebaja hecha por Moody's, añadió la CE, es "un desafortunado episodio que vuelve a poner en cuestión el comportamiento de las agencias de calificación y su clarividencia".

Al respecto, el presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso, lamentó la decisión de la agencia de calificación y señaló que la degradación de la deuda de Portugal "solo añade un elemento de especulación".

En este contexto, el Tesoro español espera colocar entre 2.000 y 3.000 millones de euros en bonos a catorce y quince años.