Los países de la Unión Europea (UE) tratarán hoy de cerrar un acuerdo sobre la reforma de la Política Pesquera Comunitaria, sobre la base de una propuesta menos ambiciosa desde el punto de vista de la sostenibilidad ambiental de lo que planteaba Bruselas.

Las principales novedades que incluye la reforma son la prohibición de los descartes (capturas que se devuelven al mar por su escaso valor comercial), la fijación de unos rendimientos máximos sostenibles de existencias en el mar en 2015 y la creación de un mercado de traspaso de cuotas pesqueras.

Según fuentes diplomáticas, el punto más "conflictivo" del debate de los ministros será el relativo a los descartes.

España cree que, tal como se ha planteado, imposibilitaría la actividad de la flota en las pesquerías mixtas, por lo que pide una solución que tenga en cuenta esa situación.

Otras delegaciones, como Francia, se oponen también a que los descartes se impongan de manera obligatoria y en la misma fecha para todos los casos y abogan en su lugar por un enfoque gradual.

Sobre los rendimientos máximos sostenibles, las organizaciones ecologistas sostienen que la fecha de 2015 se ha ido diluyendo de los objetivos y que muchas delegaciones abogan por un enfoque progresivo.

En cuanto al mercado de traspaso de cuotas, habrá que ver si sale adelante, ya que en la última reunión del Consejo la mayoría de los países se opuso a la idea.

La ministra de Pesca danesa, Mette Gjerskov, cuyo país preside la UE este semestre, confió en que el Consejo respalde un enfoque general "que garantice la sostenibilidad como punto central de las futuras negociaciones con el Parlamento Europeo", indicó en un comunicado.

España, principal potencia pesquera comunitaria, es el país que más se juega en las negociaciones de la reforma.

El asunto se tratará en un Consejo de Pesca al que asiste el titular español del ramo, Miguel Arias Cañete.

Seis organizaciones no gubernamentales -Birdlife Europe, Greenpeace, OCEAN2012, Oceana, Seas At Risk y WWF- criticaron en un comunicado conjunto la rebaja del nivel de ambición de la propuesta danesa frente a la original de la Comisión Europea.

El acuerdo del Consejo serviría para comenzar a negociar con el Parlamento Europeo, que comenzará en octubre a votar la reforma pesquera.