Los líderes del G20 ya se encuentran en Los Cabos (México) con la intención de relanzar el crecimiento económico, pero con la vista puesta a más de 15.000 kilómetros, en Grecia, donde este domingo se juega para muchos observadores el futuro del euro.

De hecho, la cumbre del G20 que comienza mañana lunes en la costa occidental mexicana amenaza con convertirse, por segunda vez consecutiva, en un gabinete de crisis por Grecia si el desenlace de las elecciones hace temer su salida abrupta del euro.

Ya en la anterior cumbre de noviembre de 2011, en Cannes (Francia), los líderes del grupo no dudaron en convocar de urgencia al entonces primer ministro griego Yorgos Papandréu para convencerle de que desistiera de convocar un referéndum sobre la permanencia del país en la eurozona.

Siete meses después, la situación que vive la UE no ha hecho sino empeorar debido a la inestabilidad política de Grecia, las dudas sobre la solvencia de la banca española, y la aparición de divergencias entre Francia y Alemania, que hasta hace poco se mostraban como un bloque unido.

Las fisuras se han hecho evidentes tras las declaraciones del presidente francés, el socialista François Hollande, en favor de las medidas de estímulo económico, lo que no ha tardado en provocar las críticas de la canciller alemana, Angela Merkel, firme defensora de la austeridad fiscal.

Aunque las elecciones griegas y la crisis del euro eclipsen los temas propios de la agenda de la cumbre, lo cierto es que esta coincidencia servirá para revitalizar el G20 como el principal foro de discusión económica mundial.

En el G20 participan los siete países más industrializados del planeta, con Estados Unidos a la cabeza, y doce naciones emergentes del peso de México -que actúa como anfitrión- y Brasil, a los que se suma la Unión Europea. España acude como invitada permanente.

El presidente mexicano, Felipe Calderón, recordó ayer mismo cuales son sus objetivos para la cumbre: reforzar el apoyo a Europa y completar la nueva dotación de fondos para que el FMI pueda actuar en casos de crisis graves, como la europea.

En abril se acordó dotar al FMI con 430.000 millones de dólares, aunque algunas potencias emergentes, como Brasil, China o el propio México, aún no han dicho cuánto van a aportar.

Pero el arranque de la cumbre girará en torno a Grecia y sus elecciones, de resultado todavía incierto. Cabe la posibilidad de que los líderes del G7 convoquen un encuentro paralelo en Los Cabos si se producen turbulencias tras los comicios.

La canciller alemana ha anunciado que no partirá hacia México hasta conocer el resultado de los comicios helenos, en una muestra del nerviosismo que existe en el corazón del euro.

Europa insiste en que está preparada para las turbulencias financieras que provocaría en la economía mundial una eventual victoria de la coalición de la Izquierda Radical (Syriza), partidaria de renegociar las condiciones impuestas al país tras el rescate.

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ya dejó claro el pasado viernes que la autoridad monetaria está lista para inyectar la liquidez que necesite el mercado en caso de que se extienda el pánico.

Además, los medios financieros han revelado que varios bancos centrales de todo el mundo, desde el de Japón hasta la Reserva Federal estadounidense, pasando por el Banco de Inglaterra y el BCE, preparan una acción concertada para estabilizar la situación si fuera necesario.

La cumbre del G20 que arranca mañana, en cualquier caso, abordará la difícil situación que padece Europa, pero no pondrá sobre la mesa soluciones definitivas, como ya se han encargado de avanzar algunos líderes, en un intento de enfriar las expectativas de la cita.

El principal motivo es la división que existe entre los partidarios del ajuste fiscal, con Alemania a la cabeza, y los que defienden medidas de estímulo económico, como Francia o Italia.

También el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, es partidario de aumentar el gasto fiscal para generar crecimiento, lo que da una dimensión especial al encuentro que mantendrá con los líderes europeos durante la cumbre.