El tema de la ayuda a la banca española ha sido tratado en la reunión de la cumbre del G20, donde los líderes han pedido a España claridad sobre los detalles de cómo y cuando se producirá la petición de fondos, según dijo la canciller alemana, Angela Merkel.

En declaraciones a la prensa, la canciller habló de la necesidad de que la solicitud de ayuda se formalice pronto, y de hecho comentó que España aclaró en la reunión que "va a presentar pronto su petición".

"Se ha hablado en el G20 (de este tema). Se ha hablado de que ahora es muy importante que haya claridad, rápidamente, sobre cómo va a ser la petición de ayuda española", indicó.

En la cumbre, según la canciller alemana, hubo un "amplio consenso" en que España reciba la ayuda europa en el momento en que se sepa el detalle de los informes externos que se han pedido sobre la cartera crediticia de la banca española, muy expuesta a los activos tóxicos inmobiliarios.

El próximo jueves se conocerá la cifra inicial que propondrán en sus evaluaciones dos consultoras independientes y probablemente pocos días después se presentará la petición formal de ayuda por parte de las autoridades españolas.

Pero la cifra final que solicitará España se sabrá en septiembre, después de un segundo informe de otras cuatro auditoras, una valoración más exhaustiva.

Merkel indicó que las entidades que operan con un déficit de capital representan un "peligro" para la economía y para la estabilidad de los mercados.

El Eurogrupo pactó hace diez días conceder al Estado español una línea de crédito de hasta 100.000 millones para recapitalizar la banca, ayuda que se inyectaría a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), de titularidad publica.

Este mecanismo, en cualquier caso, ha generado algunas reacciones negativas en la cumbre del G20, ante la evidencia de que la ayuda a la banca impactará en la deuda soberana y provocará el castigo de los mercados-

Así lo puso de manifiesto ayer el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, quien dijo que una vez España pida la ayuda, habrá que abrir una negociación para buscar un mecanismo que permita que la ayuda "no contamine a la deuda soberana" española.

A su vez, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aprovechó el plenario del G20 para mostrar su descontento por el sistema ideado para la ayuda, que considera "tremendamente dañino" porque vincula el riesgo bancario al riesgo soberano.