La UE discutirá en la cumbre del jueves y el viernes avanzar hacia una mayor integración financiera, presupuestaria y económica, con un mayor control presupuestario, la creación de los eurobonos a medio plazo y, más a largo, un Tesoro europeo.

El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, ha descrito en un informe publicado este martes y remitido a los líderes de la UE su visión de la futura gobernanza de la Unión Económica y Monetaria.

El informe, de siete páginas, ha sido redactado en colaboración con los presidentes de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso; del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker; y del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi.

Este documento incluye cuatro pilares sobre los que se seguirá trabajando más allá de la cumbre de los días 28 y 29, dado que Van Rompuy pretende entregar en octubre un informe intermedio y en diciembre propuestas detalladas para avanzar por etapas hacia una verdadera Unión Económica y Monetaria.

Los primeros elementos del plan son un marco financiero integrado que otorga la responsabilidad de la supervisión de los bancos a la UE y crea mecanismos comunes para la resolución de bancos y garantizar los depósitos, así como un marco presupuestario integrado que implica tomar más decisiones en común y avanzar hacia la emisión de deuda común.

Los otros dos son un marco de política económica para fomentar un crecimiento sostenible y garantizar la necesaria legitimidad democrática y rendición de cuentas en la toma de decisiones.

Estos bloques ofrecen una "arquitectura coherente y completa que tendrá que crearse a lo largo de la próxima década" y son "necesarios para la estabilidad y prosperidad a largo plazo de la Unión Económica y Monetaria", pero requerirán "mucho trabajo más" y "posibles cambios en los tratados de la UE en algún momento".

Supervisión bancaria europea

El marco financiero integrado se centra en una supervisión bancaria europea única y un sistema común de garantías de depósitos y de resolución bancaria.

La supervisión tendría dos niveles: el europeo y el nacional, pero el primero tendría la "responsabilidad última" y por tanto la autoridad en materia de supervisión sobre "todos" los bancos. Tendría poderes para intervenir de manera preventiva y el BCE podría ser la entidad supervisora de los bancos en la eurozona.

El sistema de garantías de depósitos también estaría supervisado en el nivel europeo, al igual que el fondo europeo de resolución de bancos, cuyos recursos procederían de las propias entidades.

Los dos esquemas podrían depender de una autoridad común y el fondo de rescate permanente, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), "podría actuar como garante presupuestario" de la autoridad responsable de la resolución de los depósitos.

Acerca del marco presupuestario integrado, se propone una mayor puesta en común de la toma de decisiones en la eurozona a cambio de compartir riesgos y eso exige prevenir y corregir políticas fiscales insostenibles en cada país.

Así, se podrían fijar topes para el equilibrio presupuestario anual y los niveles de deuda y se tendría que justificar y solicitar la aprobación de emisiones de deuda más allá del límite acordado. Pero es más, "la eurozona estaría en posición de exigir cambios en las partidas presupuestarias" nacionales si incumplen la reglas.

Una vez entregada parte de la soberanía en materia presupuestaria, se podría explorar "a medio plazo" la emisión de deuda común, de manera que solo se introducirían los eurobonos cuando haya "un marco de disciplina presupuestaria robusto" para evitar el riesgo moral, tal y como exige Alemania.

Por eso el proceso hacia este fin se haría por "etapas". Las opciones van desde instrumentos de financiación a corto plazo (como euroletras) a crear un fondo de amortización de deuda.

En último lugar se crearía un Tesoro en la eurozona.

En el capítulo del marco económico integrado, Bruselas quiere una mayor integración "en políticas como la movilidad laboral y la coordinación de impuestos".