Los países de la Unión Europea cerraron hoy, después de dos días de difíciles negociaciones, un acuerdo sobre el reparto de las posibilidades pesqueras para 2013 que modera las drásticas reducciones propuestas por Bruselas para garantizar una pesca sostenible.

Toda una noche en blanco, interminables reuniones entre cada una de las delegaciones y la Comisión Europea (CE) y concesiones negociadas "in extremis" hasta el último instante fueron necesarias para lograr un compromiso en el Consejo de Pesca, que concluyó a las 5.50 GMT.

La responsable europea de Pesca, Maria Damanaki, firme defensora de una pesca respetuosa con los recursos, había planteado para el próximo año la aplicación sistemática de recortes en las cuotas pesqueras, a falta de datos científicos completos sobre el estado de las poblaciones.

"La propuesta de la CE era más ambiciosa, pero creo que el resultado es satisfactorio", dijo Damanaki al término de la reunión en conferencia de prensa.

La comisaria valoró que se haya conseguido un pacto que sienta las bases para lograr unos rendimientos máximos sostenibles en la mayoría de las reservas pesqueras a partir de 2015.

Según Damanaki, solo para cuatro reservas se aplazará ese objetivo hasta 2017, debido a las dificultades para la eliminación de los descartes (capturas no deseadas).

España y Francia, dos de las principales potencias pesqueras de la UE, dejaron claro desde el principio que iban a dar batalla para moderar las reducciones en las cuotas.

El ministro español de Agricultura, Alimentación y Medioambiente, Miguel Arias Cañete, señaló que el pacto satisface "gran parte" de las demandas españolas, al mantener o incrementar las posibilidades pesqueras sobre especies de gran interés para la flota nacional, como la merluza del norte.

Bruselas proponía para esa especie un recorte del 32 %, pero la presión de España, que aportó numerosos estudios científicos para apoyar sus argumentos, logró mantener la misma cuota que el año pasado.

También se consiguió un aumento del 15 % en la merluza del sur y, en el caso del lenguado, el gallo y el abadejo, la conservación de las cuotas de 2012.

El gallo del norte, para el que la CE pedía un recorte del 40 %, también podrá mantener los niveles de este año, y la cigala de Gran Sol, para la que se pedía una reducción del 12 %, logró finalmente un aumento del 6 %.

La mayor concesión que tuvo que hacer España recayó sobre el rape del caladero nacional, para el que se proponía una reducción del 38 %, que finalmente se logró limitar al 25 %.

En cuanto al rape del Golfo de Vizcaya y de Gran Sol, la disminución propuesta inicialmente del 20 % se logró reducir al 5 %.

El titular francés de Pesca, Frédéric Cuvillier, consideró por su parte que el compromiso alcanzado es "equilibrado", ya que permite garantizar el futuro de las poblaciones de peces tomando como referencia la opinión científica, y a la vez preservar la actividad económica de los pescadores.

Francia mostró su satisfacción por haber logrado incrementos o una cuota estable en la mayor parte de las reservas de las zonas pesqueras donde opera su flota, como el mar del Norte o el Canal de la Mancha.

Los armadores españoles, que se trasladaron a Bruselas con motivo del Consejo de Pesca más importante del año, se declararon "moderadamente satisfechos" con el acuerdo, ya que consigue aumentos, mantiene los niveles de capturas y limita las reducciones propuestas en algunos casos, según señaló el secretario general de la Confederación Española de Pesca (Cepesca), Javier Garat.

"Tal como están las cosas en España y la UE, con la crisis que tenemos, cualquier reducción de cuotas va a suponer pescar menos, menos ingresos para trabajadores, empresarios, actividades portuarias, etcétera, y tendrá un impacto negativo", indicó.

La organización ecologista WWF consideró, por su parte, que los Veintisiete "no han dado los pasos necesarios para poner fin a la sobrepesca en el mar del Norte y han demostrado de nuevo que los intereses de su sector a corto plazo prevalecen sobre el objetivo de salvaguardar las reservas".