España ha sido uno de los países en los que más han caído los salarios en el segundo trimestre del año, al registrar un descenso del 0,6%, sólo superado por Chipre y Grecia, según un estudio del Instituto Klein de la Universidad Autónoma de Madrid.

"En términos reales, descontada la inflación, la caída es elevada y supone una amarga medicina, aunque necesaria para mejorar nuestra competitividad exterior sin acudir a una devaluación imposible. El efecto inmediato es la pérdida de la capacidad adquisitiva de los españoles y el descenso de su nivel de vida", señala el director del Instituto Klein, José Vicens.

Sin embargo, el estudio asevera que esta bajada de los salarios jugará como estímulo de la demanda y permitirá así el inicio del proceso de creación de empleo a lo largo del año que viene.

De hecho, el estudio concluye que la economía crecerá un 1,1% en 2014 y creará "algo" de empleo, aunque la tasa de paro se mantendrá en torno al 25,2%, un porcentaje algo menor que el previsto para 2013, un 26,5%.

Plantea datos más concretos y estima que las exportaciones crecerán un 4,3% durante 2014, mientras que la inversión crecerá un 0,9% y el IPC, un 1,4%. El saldo por cuenta corriente aumentará un 2,4% y el déficit público será del 5,8%.

Según Vicens, las reformas emprendidas tienen efectos que ya empiezan a notarse y que se centran en la mejora de la competitividad de las empresas, la caída de los costes laborales reales y la significativa mejora de nuestras cuentas externas.

Riesgos para la recuperación

Sin embargo, asegura que la recuperación anunciada se podría ver "amenazada" por riesgos de baja probabilidad, pero que no se deben descartar, como un incremento de la tensión en Oriente Próximo y su correspondiente subida del precio del petróleo.

Asimismo, considera otro riesgo las dificultades financieras de Grecia y Portugal si tuviesen que recurrir a nuevas ayudas y la desconfianza en las instituciones, que podría elevar la crispación social y reducir los procesos de inversión.

Finalmente, alerta de la posibilidad de que disminuya la credibilidad el país por no cumplir los objetivos de déficit, una situación que, según el informe, lastraría el incipiente crecimiento y defraudaría a los mercados financieros.