La economía mundial consolidará su recuperación con un crecimiento de un 3,7% este año y un 3,9% en 2015, impulsada por el avance de las economías desarrolladas y el repunte de China, informó este martes el Fondo Monetario Internacional (FMI), que señala al sur de Europa como la parte más preocupante de la economía mundial.

"La actividad global y el comercio mundial repuntaron en la segunda mitad de 2013", indicó el Fondo en su actualización del informe de Perspectivas Económicas Globales, en el que eleva los pronósticos globales una décima este año y los mantiene para 2015.

A la cabeza de este repunte se sitúa Estados Unidos, que crecerá en 2014 un 2,8 %, dos décimas más de lo anticipado, así como el "fuerte" repunte experimentado por China en la segunda mitad de 2013, país para el que el Fondo eleva sus previsiones de crecimiento a 7,5 % en 2014, tres décimas más de lo previsto en octubre.

Como recomendaciones, el Fondo pide que se evite una retirada prematura del estímulo monetario por parte de la Reserva Federal en EEUU y solicita al Banco Central Europeo (BCE) que considere nuevas medidas expansivas para reforzar la recuperación.

Las economías emergentes, por su parte, siguen con un ritmo sólido de crecimiento, con unas previsiones de expansión del 5,1% para 2014 y de 5,4% para 2015, en línea con lo previsto en octubre.

La mayoría parece haber gestionado bien el inicio de la salida del estímulo monetario en EEUU y el ajuste de la situación financiera, aunque Rusia y Brasil han visto rebajados notablemente sus pronósticos.

Pese a todo, el FMI ha advertido sobre la situación en el sur de Europa, donde percibe a un crecimiento positivo, aunque "frágil".

"El sur de Europa sigue siendo la parte más preocupante de la economía mundial", indicó Olivier Blanchard, consejero económico y director del Departamento de Investigación del Fondo, durante la presentación de la actualización de las previsiones de la institución.

"Prevemos un crecimiento positivo para el 2014, pero este crecimiento es frágil. Por un lado, las exportaciones son fuertes, pero por otra parte la demanda interna es débil, como consecuencia de los vínculos entre una actividad débil, bancos débiles, empresas débiles y las necesidades de consolidación fiscal", añadió.

En este sentido, Blanchard subrayó que para alcanzar en la región un crecimiento sostenido es necesario romper esa relación y contar con el apoyo tanto de la demanda exterior como interior.

De este modo, en la actualización de sus proyecciones, mientras mejora una décima sus previsiones para la zona euro, hasta el 1% en 2014 y el 1,4% en 2015, la entidad advierte de que la recuperación en la región se está produciendo de forma desigual.

Así, apunta que la economía en general será "más modesta" en los países que se han enfrentado a tensiones en los mercados (Grecia, España, Chipre, Italia y Portugal), pese a algunas revisiones al alza "como la de España".

"La elevada deuda, tanto pública como privada, y la fragmentación financiera frenarán la demanda doméstica, mientras que las exportaciones deberían contribuir más al crecimiento", advierte.

Riesgo de deflación

Por otro lado, Blanchard ha identificado como una de las principales amenazas para la economía mundial el riesgo de que el bajo nivel de inflación registrado en la zona euro termine por transformarse en deflación, algo a lo que ha atribuido una probabilidad de entre el 10% y el 20%.

"No prevemos deflación, sólo señalamos el riesgo", indicó el máximo responsable económico del FMI, quien apuntó que este riesgo se circunscribe básicamente a la zona euro y Japón.

En el caso de la eurozona, Blanchard destacó el retroceso experimentado por la inflación, aunque se mantiene en terreno positivo, y señaló una probabilidad de "entre el 10% y el 20%" de que acabe desembocando en deflación.

Para evitar la materialización de esta amenaza, el FMI subraya la importancia del compromiso del BCE para tomar todas las medidas necesarias que le permitan cumplir su objetivo de inflación.

"En la eurozona, el BCE tendrá que considerar medidas adicionales con este fin, como inyecciones de liquidez a largo plazo, incluyendo condiciones para la concesión de crédito, que fortalecerían la demanda y reducirían la fragmentación del mercado financiero", asegura la institución.