El Banco Central Europeo (BCE) aprobó este viernes aumentar la provisión urgente de liquidez para los bancos griegos, después de que se haya intensificado la fuga de capitales.

El consejo de gobierno del BCE decidió ampliar el máximo de liquidez que pueden pedir prestado los bancos griegos con carácter de urgencia, que hasta ahora se situaba en 84.100 millones de euros, si bien no se han publicado cifras concretas.

El máximo órgano ejecutivo del BCE se reunió de forma extraordinaria por teleconferencia para decidir ampliar la provisión urgente de financiación para los bancos griegos en más de 3.000 millones de euros a petición del Banco de Grecia.

El programa de provisión urgente de liquidez permite a los bancos griegos financiarse a través del Banco de Grecia, aunque a un interés mayor que el que pide actualmente el BCE en sus operaciones ordinarias de refinanciación, del 0,05 %.

Además, es Grecia la que asume el riesgo crediticio de estos préstamos.

"En una teleconferencia, el BCE aprobó la financiación de emergencia extraordinaria. No hay ningún problema con la financiación de los bancos griegos", según una fuente bancaria citada por la agencia Dow Jones.

"Esperamos un resultado positivo de la reunión del lunes", añadió la fuente.

El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, ha convocado una reunión extraordinaria de los ministros de Finanzas de la zona del euro para el próximo lunes a las 13.00 GMT con el fin de preparar la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del área sobre la situación de Grecia.

Los líderes políticos de la zona del euro se reunirán el lunes 22 de junio a las 17.00 GMT para abordar la situación de Grecia y evitar su salida de la zona del euro, algo que sería una amenaza económica y política porque podría acercarse a Rusia y China.

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, dijo hoy en el Foro Económico de San Petersburgo que se encontraba en Rusia en medio de las negociaciones de su país con los acreedores porque Europa ya no es el centro del mundo.

Los analistas prevén que Grecia acaparará la atención de los mercados la semana próxima también y que si persiste el punto muerto, aumentará el nerviosismo en los mercados conforme se aproxime el 30 de junio.

Aumenta el peligro de aplicar controles de capital en Grecia, como ocurrió en Chipre en 2013, por la fuga de capitales tras la incapacidad del Gobierno griego y de los acreedores de llegar a un acuerdo, según analistas.

En caso de que se produzcan estos controles de capital, Grecia sería el segundo país miembro de la Unión Europea tras Chipre en aplicarlos.

El Gobierno griego reaccionó ayer con dureza a informaciones aparecidas en la prensa según las que estaba preparando un plan de control de capitales, y aseguró que este tipo de informaciones tan solo persiguen "provocar disturbios" y "desestabilizar la economía".

La decisión de introducir controles de capital en un país es del gobierno nacional con la coordinación de la Unión Europea y no se pueden aplicar si el país afectado no quiere.

Se calcula que el jueves salieron de los bancos griegos más de 1.000 millones de euros.

El gobernador del Banco de Grecia, Yanis Sturnaras, aseguró que el sistema bancario heleno es estable.

Las fugas de capital podrían generar un colapso del sector bancario griego, que por otra parte goza de un estado de saludo relativamente bueno, según el economista jefe para la zona del euro de UniCredit, Marco Valli.

Para evitar ese colapso, Grecia, que debe devolver al Fondo Monetario Internacional 1.600 millones de euros el 30 junio, cuando vence la actual prórroga del rescate, debería introducir rápidamente controles de capital, aunque con el aumento de la provisión urgente de liquidez el problema se va solucionando a muy corto plazo.

Los bancos griegos dependen de las facilidades de liquidez de emergencia del Banco de Grecia desde que el BCE decidió a mediados de febrero dejar de aceptar la deuda griega como garantía en sus operaciones ordinarias de financiación.

Grecia debe pagar al BCE, como muy tarde el 20 de julio, 4.200 millones de euros, algo que parece imposible que el Gobierno griego pueda hacer si antes no llega a un acuerdo que garantice ayuda financiera.