El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha mantenido sin cambios sus previsiones de crecimiento para España, que registrará una expansión del 3,1% este año y del 2,5% en 2016, a pesar del empeoramiento generalizado de las proyecciones de la institución internacional, que ha advertido de que los riesgos a la baja para la economía mundial "hoy parecen más pronunciados que hace unos meses".

El FMI confirma así en su informe 'Perspectivas económicas mundiales' sus pronósticos para la economía española, que será la que registre un mayor ritmo de crecimiento este año entre las principales economías mundiales.

En la asamblea anual conjunta del Fondo y el Banco Mundial que se inició este martes en Lima, la primera en Latinoamérica en los últimos 50 años, el FMI lanzó un nuevo mensaje a los países de la zona euro "con margen presupuestario", y mencionó expresamente a Alemania y Holanda, porque "podrían hacer más para impulsar el crecimiento", en concreto con las "necesitadas" inversiones en infraestructura.

En su informe, el FMI cita a España junto a Irlanda como una de las noticias más positivas de la economía del euro en los últimos meses, gracias a un notable "impulso de la demanda interna" en ambos casos, que llevarán a una expansión del 3,1% este año y del 2,5% en el próximo en el caso de España, y del 4,8% y del 3,8%, respectivamente, en el de Irlanda.

Estos datos son levemente más cautos que las proyecciones del Gobierno español, que prevé un crecimiento del 3% para este año y del 3% para 2016.

La fortaleza de la recuperación de la actividad en España se refleja en la las previsiones de desempleo manejadas por el FMI, que espera que la tasa de paro cierre 2015 en el 21,8% y descienda un año después al 19,9%, mejorando así lo previsto el pasado mes de agosto, cuando auguraba que la tasa de paro española en 2015 sería del 22% y del 21,1% en 2016.

En lo que va de año, la institución dirigida por Christine Lagarde ha llevado a cabo una profunda revisión al alza de sus expectativas de crecimiento para España, a la que el pasado mes de enero adjudicaba un crecimiento del PIB del 2% en 2015 y del 1,8% en 2016.

De este modo, España logra, junto a Francia, Italia y Reino Unido, desmarcarse del empeoramiento generalizado de las proyecciones del FMI, que ha recortado en dos décimas sus previsiones de crecimiento para la economía global en 2015 y 2016, hasta el 3,1% y el 3,6%, respectivamente.

"Los nuevos pronósticos corrigen a la baja las tasas de crecimiento a corto plazo de manera marginal, pero para casi todos los países", apunta el Fondo, que, además advierte de que "los riesgos a la baja para la economía mundial ahora parecen más pronunciados que hace tan solo unos meses".

Por su parte, el Fondo sitúa a Italia fuera de la recesión, con un crecimiento del 0,8% en 2015 y del 1,3% en 2016, en ambos casos una décima más que lo previsto hace tres meses.

Francia también parece haber afianzado su repunte con un 1,2% de aumento este año y un 1,5% previsto para el próximo.

Pese a la mejora de la situación, no obstante, el FMI recurre a sus recientes advertencias, en concreto sobre el descenso del potencial de crecimiento en la zona del euro a medio plazo.

Por ello, advierte de que "las brechas de producción todavía son notables" y que la inflación permanecerá "por debajo del objetivo a medio plazo", con solo una tasa del 0,2% a final de 2015.

Además, remarca que la recuperación que se percibe en la zona euro viene dada en gran medida por los bajos precios del petróleo y la depreciación de la moneda europea, que ha servido para revitalizar las exportaciones.

Una vez más el FMI subraya los efectos positivos del estímulo monetario lanzado por el Banco Central Europeo (BCE), con su expansión del programa de compra de bonos, para "afianzar la confianza y suavizar las condiciones financieras", por lo que le anima a no cejar en ese frente.

Éstas medidas, recuerda, deben ir acompañadas "del fortalecimiento de los balances bancarios y una supervisión más estricta de los préstamos morosos".

Fuera del euro, el Reino Unido rebajará ligeramente su ritmo de crecimiento, al pasar del 3 % de 2014 al 2,5 % este año y al 2,2 % el próximo, con el más que probable inicio del ajuste monetario por parte del Banco de Inglaterra en un futuro próximo.

En el documento, el nuevo economista jefe del FMI, Maurice Obstfeld, se decanta por la prudencia a la hora de valorar la situación económica global, "dado que los riesgos a la baja aparecen ahora más pronunciados que hace solo unos meses".

En concreto, y en un panorama económico cada vez más interrelacionado, Obstfeld llama la atención sobre el cruce de factores que supone la ralentización de China y la previsible subida de tipos de interés en EEUU y el Reino Unido con repercusiones globales que aumentan las actuales incertidumbres.