El consejero delegado de Banco Santander, José Antonio Álvarez, ha reafirmado la estrategia de la entidad de cobrar unos dos euros por usar sus cajeros automáticos, tras la nueva normativa que establece que el dueño del cajero aplique una tarifa al banco emisor de la tarjeta de crédito o débito y no directamente al no cliente.

"No hay cambios sobre lo que habíamos anunciado", ha afirmado Álvarez en rueda de prensa para presentar los resultados del tercer trimestre del año. El Santander había avanzado que implantaría esta nueva estrategia en septiembre u octubre de este año.

Ante la posibilidad de que esta nueva norma sobre cajeros acabe eliminando el dinero en efectivo, tal y como ha apuntado la consejera delegada de Bankinter, María Dolores Dancausa, el consejero delegado del Santander se ha limitado a señalar que la caída del 'cash' viene motivada por la eficiencia en los medios de pago.

"La tendencia hacia menos efectivo y más pago con tarjeta de débito o en móvil está ahí", ha apuntado, para después defender la tasa por el uso de cajeros por parte de no clientes ante los costes que suponen para el propietario de las máquinas.

Además, ha aprovechado para señalar que el tema de los cajeros "se ha magnificado" porque existe una amplía red de cajeros en España. "La lógica es aplastante", ha enfatizado para defender la legitimidad del propietario de cobrar una tasa por el uso de sus cajeros.

El consejero delegado del Santander ha confiado en lograr que el beneficio por acción (BPA) de la entidad crezca a doble dígito en 2018, si bien ha admitido que se trata de un objetivo "difícil" y vinculado a las metas a conseguir: crecimiento de rentabilidad, de balance, dividendo y BPA.

Precisamente, el BPA ordinario del grupo Santander cayó un 5% hasta septiembre respecto al mismo periodo de 2014. Ahora bien, desde la entidad se ha aclarado que el beneficio por acción crecería un 5% si se ajusta el número de acciones fruto de la ampliación de capital por importe de 7.500 millones de euros lanzada en enero.

Álvarez, que ha dado por cerrado tanto el ajuste de empleados y oficinas por la fusión con Banesto como los cambios directivos, se ha mostrado abierto a comprar alguna entidad si se produce otra oleada de fusiones en España ante el contexto de baja rentabilidad.

El número dos del Santander ha explicado que en España existe un contexto de caída de ingresos sobre todo por la fuerte competencia en crédito, que coincide con una demanda poco intensa. Álvarez ha garantizado que la entidad se marca como "prioridad" el crecimiento orgánico, como muestra el lanzamiento de la 'Cuenta 1, 2, 3' para vincular a más clientes.

Eso sí, ha matizado que si alguna entidad española se pone a la venta, como ya ocurrió con la crisis de las cajas de ahorros, la política del Santander se mantiene en "mirar" y hacer una oferta según los criterios financieros que maneja el banco. "Si eso es así, compraremos", ha indicado, para después mostrarse abierto a la posibilidad de concurrir a otra eventual subasta del portugués Novo Banco.

Preguntado sobre si el Santander tiene interés en Bankia, el 'número dos' de la entidad se ha limitado a valorar la gestión del banco nacionalizado y su mejoría, para zanjar la cuestión diciendo que se trata de algo "puramente especulativo". "Ni está en la mesa ni sé si va a estar", ha asegurado.

Por último, Álvarez ha confiado en que la unidad inmobiliaria en España reduzca sus pérdidas a final de este año, si bien ha reconocido que este negocio aún se anotará 'números rojos'.