Presentar la declaración de la renta fuera de plazo tiene sus consecuencias. Ya sea por un descuido o por una decisión intencionada, lo cierto es que Hacienda puede iniciar un proceso sancionador.

El desconocimiento de la obligación de declarar o pensar que la cantidad a pagar a Hacienda es escasa es la que, en algunas ocasiones, ha llevado a algunos contribuyentes a no presentar la declaración en el plazo marcado.

No entregar la declaración en el período estipulado puede ser considerado como una infracción leve con multas de entre 100 y 400 euros. Por ejemplo, puede darse el caso de tener una declaración a devolver, pero que si se presenta fuera de plazo y se abre un proceso sancionador, se tenga que pagar más dinero de lo que se recibe por parte de Hacienda.

Las declaraciones de renta expiran a los cuatro años de presentarse. Si no se cumplió el plazo en este ejercicio, Hacienda tiene de plazo hasta el año 2020 para reclamar al contribuyente su obligación.

Por supuesto, en el caso de que la declaración sea a pagar a Hacienda, las consecuencias serán más onerosas. Si es el contribuyente el que acude a presentar la declaración fuera de plazo, al resultado de la misma deberá añadir los siguientes porcentajes de penalización:

-Antes de tres meses: 5% de la cantidad a pagar

-Entre 3 y 6 meses - 10% de la cantidad a pagar

-Entre 6 y 12 meses - 15% de la cantidad a pagar

-Más de 12 meses - 20% de la cantidad ingresada más los intereses de demora.

En el caso de que sea Hacienda la que tenga que dirigirse al contribuyente, se establece una sanción adicional que oscila desde el 50% hasta el 150% de la cantidad a ingresar, además del interés de demora por el tiempo transcurrido.