Las empleadas del hogar exigen la equiparación de sus derechos laborales con los que tienen el resto de trabajadores que cotizan en el Régimen General, por ello se han unido y han reunido más de 100.000 firmas, que han presentado este jueves en el Ministerio de Empleo.

Este colectivo pide la ratificación por parte del Gobierno del convenio 189 de la Organización Internacional de los Trabajadores (OIT), por el que mejoraría la situación laboral de estas empleadas, ya que su trabajo pasaría a estar regido por el Régimen General de la Seguridad Social y no por un sistema especial dentro del mismo.

La persona que ha liderado esta iniciativa, Rafaela Pimentel, que ha recogido las firmas de estas empleadas, afirma que "este convenio fue creado especialmente para que las trabajadoras del hogar se vieran incluidas en el Régimen General, y por tanto equiparadas al resto de trabajadores".

"Si se ratificara, muchísimas de nosotras podríamos ver reconocido nuestro trabajo con contratos, tener derecho al paro y que se valorara y reconociera todo el trabajo que estamos haciendo, porque no somos trabajadoras de segunda", ha manifestado Pimentel.

Tras la entrega de las firmas en el Ministerio, Pimentel, quien expresaba su esperanza de que alguien del Gobierno las recibiera, ha confirmado que no ha sido así y que finalmente las firmas la ha recogido la directora de atención al ciudadano.

La presidenta de la Asociación de Servicio Doméstico Activo (Sedoac), Carolina Elías, ha afirmado en declaraciones a Efe después de entregar las firmas que "la actitud del Gobierno está siendo lamentable porque se niega a ratificar este convenio, mientras que la oposición sin excepción les apoya".

Este colectivo considera necesario un cambio en la voluntad política que tenga en consideración la situación de estas trabajadoras, para que se implementen modificaciones de las políticas públicas que les afectan.

"Aquí no se ha hecho absolutamente nada porque no hay voluntad política para hacerlo, a pesar de que saben que somos un sector que desde hace tiempo está haciendo un trabajo importante y necesario para la sociedad", ha expresado Pimentel.

Ha aludido a su labor como cuidadoras de personas mayores y ha destacado que, "ahora mismo con las escuelas cerradas, los niños están en casa y si no fuera por las trabajadoras del hogar y algunos abuelos, muchísima gente no podría ir a trabajar y el sistema se caería porque no hay previsión", ha añadido.

Desde el colectivo de empleadas del hogar opinan que en este conflicto laboral subyace también una cuestión de género, porque la mayoría de estos trabajadores son mujeres, por lo que Pimentel ha achacado esa falta de voluntad política para mejorar su situación a una razón de sexo.

"Al ser la mayoría mujeres no se presta demasiada atención a esta problemática, si hubiera más hombres se hubiera hecho un poco de caso", ha opinado.