El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aseguró ayer que no se identifica con el planteamiento lanzado por algunas mujeres del PP de responder trabajando más de lo habitual, lo que se denomina huelga a la japonesa, a la llamada a la huelga feminista este jueves con motivo del Día de la Mujer, alternativa planteada por la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, o por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes.

Lo cierto, es que este tipo de huelga es más una leyenda urbana que otra cosa. En teoría, quienes la llevan a cabo trabajan más para dañar a la empresa con un exceso de producción. Esto conllevaría una caída de los precios por la ley de la oferta y demanda; la compañía no podría colocar todos sus productos en el mercado, y los costes de almacenamiento se elevarían.

A todo esto se añadiría que los empleados siguen cobrando su sueldo, lo que no ocurre en las huelgas convencionales.

La creencia de que los empleados japoneses son muy fieles a sus empresas, hizo que el mito de la huelga a la japonesa se extendiera por España y otros países latinoamericanos.