A tres días de la constitución de las Cortes el miércoles 13 de enero, todo sigue abierto en la negociación para la formación de la Mesa del Congreso. Y es que el reparto de fuerzas en este órgano marcará también la formación de los grupos y la investidura del futuro presidente del Gobierno.

Durante las dos últimas semanas se han sucedido los contactos entre los diferentes portavoces para intentar cerrar un acuerdo que refleje la pluralidad del nuevo Congreso nacido de las elecciones del pasado 20 de diciembre.

El PP defiende su derecho a presidir la Cámara Baja como partido más votado tal y como ha ocurrido desde el inicio de la democracia, un puesto al que también aspira ahora el PSOE.

De hecho, el método de elección del presidente -a dos vueltas si ningún candidato consigue la mayoría absoluta en primera votación- puede favorecer al aspirante socialista, siempre que consiga que el resto de partidos no apoye al pretendiente del PP.

Eso en el caso de que antes del miércoles no se logre cerrar un pacto por el que los diferentes partidos se repartan los nueve asientos de la Mesa: el presidente, los cuatro vicepresidentes y los cuatro secretarios.

Podemos ha vinculado el acuerdo a que se le permita formar cuatro grupos parlamentarios separados, el liderado por Pablo Iglesias y los tres integrados por sus diferentes "marcas" electorales en Cataluña, Galicia y la Comunidad Valenciana.

Una posibilidad rechazada de plano por el PP y Ciudadanos, y que está dispuesto a estudiar el PSOE, pese a que reconoce que la propuesta "no está contemplada" en el reglamento de la Cámara.

Será la Mesa, con el balance de fuerzas que obtenga el próximo miércoles, la que diga sí o no a los cuatro grupos de Podemos. Tiene cinco días para decidirse.

A la espera de ese acuerdo, la dirección el PSOE se reunirá este lunes para decidir los nombres que los socialistas propondrán para las mesas del Congreso y del Senado.

De esta forma, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, cumplirá con el compromiso al que llegó el viernes con el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, de hacerle llegar en el plazo de 72 horas el nombre de la persona que el PSOE quiere que presida la Cámara.

El PP reunirá el martes a su Junta Directiva Nacional para aprobar los nombres que presentará para presidir el Senado -donde el PP tiene mayoría absoluta y no se esperan sorpresas- y el Congreso.

Fuentes de las negociaciones han reconocido a Efe que, de llegarse a un acuerdo, éste podría llegar el mismo martes por la noche, a pocas horas de la votación en el pleno.

Las sesiones constitutivas del Congreso y el Senado comenzarán en ambos casos a la diez de la mañana del miércoles.

En el Congreso estará presidida inicialmente por el diputado electo de mayor edad -previsiblemente el ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo, de 71 años- que estará ayudado, en calidad de secretarios, por los dos más jóvenes.

La llamada Mesa de edad será la encargada de dirigir un pleno en el que los nuevos diputados elegirán con voto en urna a la nueva Mesa de la Cámara.

Primero se votará el cargo de presidente, en una votación con una única papeleta por diputado y con un único nombre.

Si alguno de los candidatos obtiene la mayoría absoluta de los votos -176 papeletas- será designado presidente de la Cámara. En caso contrario se hará una segunda vuelta con los dos aspirantes más votados.

La elección de los cuatro vicepresidentes y los cuatro secretarios se produce en dos tandas. Cada diputado sólo podrá votar por un candidato y serán elegidos los cuatro más votados.

Una vez elegidos, los nueve miembros de la Mesa se sentarán en sus escaños, junto a la tribuna de la Presidencia.

El nuevo presidente del Congreso solicitará entonces a los demás diputados el juramento o promesa de acatar la Constitución, para lo que serán llamados por orden alfabético.

Acabado el juramento o promesa de la Constitución, el presidente declarará constituido el Congreso de los Diputados que, en un plazo aproximado de quince días, celebrará la sesión solemne de apertura de la legislatura presidida por los Reyes.

No obstante, hay un precedente, tras las elecciones generales de marzo de 1996, que ganó el PP pero sin mayoría absoluta, en el que la Mesa del Congreso acordó aplazar la sesión solemne hasta que estuviera garantizada la investidura de José María Aznar.

En el escenario actual, es previsible que el Rey comience inmediatamente después de la constitución de las Cortes la ronda de conversaciones con los portavoces de los grupos parlamentarios para presentar un candidato a presidente del Gobierno.

Todo indica que Felipe VI propondrá en primer término al candidato del PP, Mariano Rajoy, como aspirante del partido más votado en las elecciones. De no conseguir el apoyo del Congreso, se iniciarán nuevos contactos de cara a buscar un candidato alternativo que pueda reunir una nueva mayoría.