Algo más de ocho meses después de las elecciones del 20 de diciembre, y tras la segunda convocatoria electoral del pasado 26 de junio, el Congreso de los Diputados vive el segundo debate de investidura en busca de un presidente del Gobierno. En total, han transcurrido 303 días sin Gobierno desde que Mariano Rajoy firmara el decreto de disolución de las Cortes el 26 de octubre. Y, como ocurrió en el caso de Pedro Sánchez, la investidura del candidato del PP no está asegurada, al menos en un primer intento.

Estas son las claves del debate de investidura que comienza este martes:

Mariano Rajoy

El presidente del Gobierno en funciones revalidó en junio el triunfo electoral de diciembre, y en esta ocasión amplió su distancia con respecto a la segunda fuerza, el PSOE. Con 137 escaños, y pese a que no cuenta con la garantía absoluta de ser reelegido, Rajoy se lanza al reto de la investidura tras aceptar el mismo encargo del Rey que rechazó tras el 20D. Rajoy ha pactado esta vez un acuerdo con Ciudadanos que se asemeja en parte al firmado por el partido de Albert Rivera y el PSOE en febrero. Con este texto, espera que se le allane el camino a La Moncloa y trasladado toda la presión al PSOE, del que espera su abstención.

Pedro Sánchez

Alrededor del líder socialista se concentran todas las miradas previas al debate de investidura. Sánchez está resistiendo todas las presiones, internas y externas, que le deslizan la necesidad de promover una abstención del PSOE y evitar así unas terceras elecciones de resultado incierto para su partido. No obstante, el secretario general del PSOE ha insistido una y otra vez en que sus diputados votarán 'no' a la investidura de Rajoy, a quien Sánchez desea ver en la misma tesitura de derrota que él tuvo que afrontar hace unos meses. El líder socialista ha argumentado que su partido no apoyará, ni por activa ni por pasiva, al PP, al que ve marcado por la corrupción y responsable de los recortes durante la crisis.

Rajoy y Sánchez, en una reunión del pasado mes de febrero. FOTO: EFE

Albert Rivera

El líder de Ciudadanos ha sabido maniobrar con inteligencia política y ha situado de nuevo a su partido en el centro del juego político. Rivera se desmarcó del acuerdo firmado con el PSOE, previo a las últimas elecciones, y supo recolocar a su partido tras la convocatoria electoral del 26J, en la que pasó de 40 a 32 diputados. C's se ha presentado ante la opinión pública como el partido que intenta acabar con el bloqueo de la política española, suscribiendo para ello un acuerdo con el PP por el que garantiza su apoyo a Rajoy para la investidura a cambio de medidas contra la corrupción, reformas institucionales y un mayor gasto público para medidas sociales. Rivera, no obstante, se resiste a que dicho pacto se transforme en un apoyo de Gobierno al PP.

Pablo Iglesias

Con un protagonismo difuminado durante los meses de verano, el líder de Podemos y su partido apenas han entrado en escena en las últimas semanas. Su posición es nítida y no admite variaciones: 'no' a Rajoy y al PP. No obstante, si la investidura de Rajoy fracasa, no es descartable que Podemos propicie movimientos para un nuevo acercamiento a los socialistas que permita la formación de un Gobierno alternativo. La dirección del PSOE ya ha rechazado esa vía y ha señalado que su posición es la de ser la principal fuerza de la oposición.

Rivera e Iglesias, en un debate en la Universidad Carlos III en 2015. FOTO: EFE

Proyecto de Presupuestos

Uno de los principales argumentos esgrimidos por el PP para presionar al PSOE a que cambie su 'no' por una abstención es el proyecto de elaboración de los Presupuestos Generales del Estado. El PP asegura que las cuentas deben remitirse a Bruselas antes del 15 de octubre para cumplir con el programa de estabilidad y reformas que la Comisión Europea ha encomendado a España. Si no existe un Gobierno que confeccione esos Presupuestos, España -aducen los populares- se expone al riesgo de posibles sanciones.

Aritmética parlamentaria

Las cuentas para una hipotética reelección de Mariano Rajoy están claras. El reglamento establece que en la primera votación, el 31 de agosto, debe obtener mayoría absoluta, cifrada en 176 diputados. La suma de PP y Ciudadanos y CC alcanza los 170 diputados y, a día de hoy, el jefe del Ejecutivo en funciones no tiene garantizado ningún apoyo más. En la segunda votación, que se celebraría 48 horas después, le valdría una mayoría simple; es decir, obtener más 'síes' que 'noes'. Con el voto en contra fijado por Podemos, la vista se dirige al PSOE. Algunas dirigentes territoriales dentro del Partido Socialista se inclinan por una abstención que permita formar Gobierno y dar salida a temas pendientes de la Administración central con los Gobiernos autonómicos, pero el Comité Federal ha refrendado su negativa.