­Ya en su segundo mandato como alcalde de Estepona, hay una palabra que se ha convertido en el hilo conductor de su acción política: gestión. Por eso rechaza los meros gestos que actúan como «placebo temporal». Con un discurso pausado y didáctico, queda claro por qué ha ganado peso dentro del PP de manera vertiginosa. Hasta convertirse en serio aspirante para liderar a los populares malagueños en la carrera al Congreso del 20-D. Aunque muestra un profundo respeto por Celia Villalobos, no esconde su predisposición a ser el futuro número uno.

Varios dirigentes del PP de Málaga han repetido en numerosas ocasiones que España necesita a más políticos como José María García Urbano.

Yo soy de los que piensan que en la política lo mejor es conjugar a varias tipologías de personas. Hay una tipología que se venía echando en falta, que es la de personas que han tenido una trayectoria dilatada fuera de la vida pública. Que participen de la vida política catedráticos, abogados, médicos, ingenieros y profesionales de cualquier tipo enriquece, sin duda alguna, a la política.

Afirma que los números pares siempre le han dado mucha suerte. ¿Esquiva encabezar la candidatura popular al Congreso de los Diputados?

De ninguna forma rehúyo a la responsabilidad de encabezar la lista al Congreso de los Diputados. Estoy dispuesto a aceptar lo que el partido proponga.

Entonces, ¿eso significa que sí le gustaría liderar al PP de Málaga en las elecciones generales?

Me hace ilusión representar a esta provincia. Estoy a disposición del partido. Al final, eres igual de diputado si vas en el puesto dos, tres o cuatro. Lo importante es tener una buena candidatura y convencer a los vecinos de la provincia que la mejor opción para representarles en Madrid es votar al PP.

¿Cree que la primera plaza ya está asignada?

Pues es evidente que no. Al menos, yo no sé nada. Estas decisiones las toma el partido a nivel nacional. Como muy tarde, lo sabremos el 15 de noviembre.

En última instancia, ¿quién decide es Mariano Rajoy?

Tiene un papel esencial. Cuando confías en alguien para que sea presidente de Gobierno y represente a tu país, fíjate si podemos confiar en él para que tenga un papel decisivo en la confección de las candidaturas. Los estatutos del PP prevén que las candidaturas provinciales se deciden por la dirección nacional. Él es quien preside la dirección nacional.

Usted defiende que la política esté en manos de los mejores profesionales.

La experiencia de la vida privada puede ser muy útil para la política. En otros países hay una verdadera competitividad entre los principales partidos, que pujan para incorporar a sus filas a los mejores profesionales. Es enriquecedor la presencia de la vida privada en la vida pública, y, al revés.

¿Cree que Celia Villalobos es la mejor profesional que tiene el PP de Málaga para liderar a su partido en las próximas elecciones generales?

Eso lo tiene que decidir el Partido Popular.

Usted ha hablado de ella como un referente político suyo.

He tenido siempre una relación magnífica con ella. Yo he aprendido en política de ella. Las formas de estar en la calle, estar con la gente, los valores positivos que transmite. Siempre que he tenido la ocasión, se lo he agradecido. En mis inicios en la vida política, me acompañó muchas veces por Estepona. Vi cómo se relaciona con la gente, con naturalidad y sencillez. Esa forma de tratar a la gente la he aprendido de ella. No sólo de ella, pero en gran parte.

Usted se opone a la limitación de mandatos. ¿No cree que dedicarse durante más de 20 años a la política contribuye al descrédito que sufren los políticos actualmente?

No cumplir con el programa electoral no ayuda a crear afección. No reaccionar a tiempo a los casos de corrupción no ayuda a crear afección. No tener una política de austeridad no ayuda. Quedarte en meros gestos que son placebos, eso no ayuda. Todas las formas de funcionar que ha habido en el pasado, en algunos políticos, han generado desafección.

Insistiendo, ¿estar tanto tiempo en política no conlleva el riesgo de alejarse de la ciudadanía y de generar desafección?

Hay ejemplos de todo tipo. Y hay ejemplos en el Partido Popular, también en otros partidos, que un alcalde está durante más de veinte años en el cargo y le siguen votando masivamente. Decir que la duración en el cargo no tiene que significar ni una cosa, ni la otra. Hay experiencias muy positivas. En mi opinión, y como opción voluntaria, creo en la limitación de cargos en ocho años. Pero, en cambio, como imposición legal no lo veo. Corremos el riesgo de perder la experiencia.

Congreso de los Diputados o Ayuntamiento de Estepona. ¿Cómo se decidiría, en el caso de que el Congreso Nacional del PP imponga la incompatibilidad de cargos?

Llegado el momento, tomaría la decisión. Si legal o estatutariamente se me obligaría a elegir, en ese momento lo vería. Ahora mismo carezco de elementos de juicio. Lo que tengo es un compromiso con mis vecinos que voy a desarrollar mientras que no haya ningún obstáculo estatutario o legal. Llegado el momento, si es que llega, ya se verá.

Regeneración democrática, portales de transparencia, buen gobierno, nueva política, reducción de sueldos... ¿El debate político corre el riesgo de alejarse de los verdaderos problemas del ciudadano entre los meros gestos y un lenguaje alambicado?

Gestos tiene que haberlos, necesariamente. Mis vecinos aplaudieron claramente cuando yo dije que renunciaba al coche oficial, al teléfono móvil y a las tarjetas de crédito. En todo caso, si me hubiera quedado en esos gestos, temporalmente, hubieran actuado como placebo. Pero esos gestos no solucionan los grandes problemas económicos de una ciudad. Los grandes problemas requieren gestión. Si nos quedamos en los gestos y no hay gestión, aseguro que mi resultado electoral no hubiera sido el que ha sido. Hay que buscar medidas efectivas para el ciudadano.

Retomando el inminente futuro electoral y con muchos posibles escenarios abiertos, Elías Bendodo dijo que el PP debe de mostrar capacidad para poder pactar con todas las fuerzas políticas. ¿Está de acuerdo?

El PP ha demostrado que tiene capacidad de relación y de pactar con muchos grupos políticos. Por supuesto que estoy de acuerdo. De todas maneras, eso de que no haya mayorías absolutas está por ver. Los pactos, en algunas ocasiones, pueden llevar a paralizar a la gestión. Como está pasando en el Ayuntamiento de Marbella, donde hay un cuatripartito.

¿Contempla que el PSOE revalide con Ciudadanos el mismo binomio que ya está funcionando en Andalucía?

Yo creo que tenemos que esperar al resultado de los elecciones. Es el momento en el que los españoles van a hacer una evaluación global y conjunta de la gestión del PP. Yo tengo la seguridad de que la madurez de los españoles va a hacer que no decidan su voto porque, en algún momento, algo en concreto no les gustara de la gestión del gobierno de Mariano Rajoy, sino que van a hacer una valoración global. Al final, espero que podamos obtener una buena nota.

El PP tira de pasado para hacer valer su papel en la recuperación o en la evitación del rescate. Pero, el ciudadano en la calle quiere saber qué es lo que depara para él el futuro.

Es que todo lo que se ha hecho en el pasado es muchísimo. Al ciudadano, lo que tenemos que recordarle es que, gracias a la gestión del PP, se han conservado las bases fundamentales del Estado del bienestar. En 2011, íbamos de camino a la hecatombe. En cambio, en 2015, todos notamos la mejoría. Unos la notamos en carne propia, otros la notamos en la mejoría. Ningún pensionista ha dejado de cobrar su pensión. En cuestiones esenciales como la salud y la educación, la atención a los más necesitados, el Estado del bienestar ha estado garantizado. Además, España ha recuperado su prestigio a nivel internacional. ¿Qué va a hacer el PP en los próximos cuatro años? Continuar en su política de seriedad y rigor, flexibilizando todo lo que sea posible sus postulados centristas y liberales, que son los postulados ideológicos del PP.

La economía del país crece al tres por ciento. La tasa del paro, sin embargo, se mantiene holgadamente por encima del 20 por ciento.

Es cuestión de tiempo. Los grandes economistas siempre han dicho, que según que tipo de modelo productivo, se necesita determinado porcentaje de crecimiento para crear o destruir empleo. En España se ha fijado, tradicionalmente, en el dos. Cuando llegamos al dos, empezamos a crear el empleo. En estos momentos, unas 2.000 personas están encontrando empleo todos los días. Venimos de una situación mala y necesitamos un tiempo para llegar a lo que esperamos. En los próximos cuatro años, habrá muchas zonas de España que conseguirán el pleno empleo.

Muchos de los nuevos trabajos que se crean no dan para salir de la pobreza. ¿En qué se está fallando?

Yo diría que los empresarios no pagan poco para conseguir buenos trabajadores. Pero tienes que mantener un determinado nivel de competitividad en comparación con otros empresarios del mismo sector. Al final, tienes que hacer ajustes.

¿Ligar los salarios a la competitividad es la única vía para la recuperación?

La competitividad exige, naturalmente, un estudio de costes. El salario es uno de los costes de cualquier proceso productivo. Pero, no es el único. La Seguridad Social es otro, y el PP ha bajado los costes de la misma. Los costes fiscales son importantes y, en estos momentos, el PP está bajando los impuestos.

La financiación ilegal del PP constatada por el juez Ruz. Pagos de sobresueldos en B constatados por el juez Ruz. ¿Su partido no está siendo demasiado indulgente con la corrupción?

La sociedad española no acepta a la corrupción y no está de acuerdo en que no se reaccione rápidamente. El sistema político general no ha reaccionado con rapidez ante esto. Es que no ha reaccionado en ningún sentido. Los sumarios relacionados con casos de corrupción se están dilatando excesivamente.

¿Pero, concretamente, en el caso del PP?

El Partido Popular tampoco reaccionó con rapidez.

¿Cree que Mariano Rajoy tendría que haberse comunicado más con los ciudadanos españoles?

El primer año del mandato de Mariano Rajoy, cuando comunicó seguramente menos de lo que nos hubiera gustado, me recuerda a la misma situación que viví yo en Estepona. Cuando encuentras a un país económicamente desestructurado como lo dejó Zapatero, tienes que tomar medidas muy serias y ponerte a trabajar. Eso se hace con discreción, con colaboración nacional e internacional y durmiendo poco. Hablamos de un trabajo que se desarrolló en los despachos.

¿España puede confiar en un presidente de Gobierno que le mandó un sms a Bárcenas que decía «Luis sé fuerte»?

España puede confiar en alguien que tiene una experiencia política dilatada. Mariano Rajoy ha sido casi todo en política. Presidente de la Diputación, ministro, vicepresidente, ahora presidente de Gobierno. Y no lo juzgo solo por su currículum político. Sino que lo juzgo por ser un gran gestor. Si alguien ha sido capaz de salvar al país de una situación de extrema gravedad, naturalmente, hay que tener confianza en él. Rajoy ha conseguido sacar al país de donde estaba y de devolverlo a la senda de la recuperación. Hoy día, nadie duda de que España ha logrado salir de la crisis.