­Izquierda Unida acude a estas elecciones con las siglas de Unidad Popular vinculadas a su marca histórica. Es el resultado de un intento de confluencia con colectivos sociales que busca capitalizar el voto de la izquierda. Francisco Guzmán, candidato al Congreso por Málaga, de hecho, marca distancias con Podemos.

En estas elecciones IU aparece vinculada a las siglas de Unidad Popular (UP). ¿Qué es?

Es un espacio de confluencia en el que estamos un conjunto de personas que viene de diferentes formaciones y movimientos, sindicalistas, colectivos de fuerte compromiso social, feministas... Unidad Popular es la síntesis de la experiencia de la confluencia en las municipales.

¿No es un riesgo que la mezcla de siglas con UP produzca confusión al votante de IU, diluyendo la marca histórica?

Alberto Garzón quería que la Unidad Popular fuera aún mayor, incluyendo a Podemos, que no quiso. Precisamente le añadimos IU para mantener esa referencia histórica. Unidad Popular se visibiliza en las papeletas, pero incluye IU para que al votante no le parezca extraño y que sepa que es afín al trabajo de Garzón.

El origen de IU es una confluencia de fuerzas de izquierda pero, ¿qué aporta de diferente Unidad Popular?

Aporta la actualidad. IU se formó hace 28 años y hoy las circunstancias electorales dan la oportunidad de aglutinar a más fuerzas. IU es un referente en unificar diferentes espacios de izquierda, pero había más personas y formaciones que no forman parte de IU pero que comparten el mismo proyecto. No es una estrategia para la campaña, la idea es crear un movimiento con desarrollo futuro. Después del 15M y las marchas de la dignidad se ha movilizado un grupo grande de personas, al margen de IU, que es bueno rescatar para el compromiso político-social.

¿Qué ha fallado en IU para que deje de ser referente de la izquierda al entrar Podemos?

IU, por la circunstancia de representatividad, no ha cumplido el objetivo que tenía. Además estamos en un momento de nuevas formaciones políticas que han generado una ilusión a muchas personas y que tienen parte de fundamento. Sabemos que no somos un partido popular, de amplia mayoría. Somos un partido de izquierda, que es muy necesario hoy día. Lo necesitamos no sólo en el Congreso, sino también en el Gobierno y de cara a los próximos cambios que van a ser importantes, como modificar la Constitución española.

¿Y por qué Unidad Popular debe ser el garante de la izquierda y no Podemos?

Nos diferenciamos en la autodefinición. Nos definimos de izquierda, somos de izquierda y mantenemos la coherencia de izquierda en nuestros principios y nuestros valores. También vemos que ellos no se definen así, sino que utilizan cierta ambigüedad que preocupa. Coincidimos en muchas propuestas, pero en otras son muy cambiantes. Excesivamente cambiantes. Tienen que definir qué son.

¿Corre el riesgo Izquierda Unidad de ser residual?

Hoy por hoy, lo dudo. IU tiene una militancia y un votante muy seguro y convencido. Es verdad que tenemos que convencer a más gente, pero tenemos un electorado muy fiel. El problema es que la ley electoral nos castiga demasiado, más que a otras formaciones. Hay mucha gente que tiene simpatía por nosotros, el problema es la ley electoral.

¿Cómo afronta la campaña cuando parece que hay una tendencia a situar a IU fuera de la carrera electoral?

Es difícil porque somos la tercera fuerza política a día de hoy, pero los medios de comunicación dan más juego a partidos afines. Estos cuatro partidos -PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos- mantienen esa centralidad en la política y no encajamos. Nosotros nos definimos de izquierda y quizá no hay interés en que nadie cuestione el modelo de Estado. Los medios de comunicación simpatizan más con partidos moderados.

El granero de votos de IU está en el interior de la provincia, pero el peso de la población se desplaza a la costa, donde ha entrado Podemos con fuerza. ¿Cuáles son sus perspectivas cuando el voto urbano parece que se decanta por Podemos?

Esperamos mantener el escaño que tenemos. Estamos convencidos de que se puede lograr, aunque tanta diversidad puede generar cierta confusión. El bipartidismo ha restado la confianza de mucha gente y dividido el espectro electoral, pero la fidelidad del votante de IU nos puede ayudar a conseguir ese escaño.

¿Qué radiografía haría de la situación de la provincia?

Tengo bastantes datos, pero lo que sacamos directamente de la calle, con el contacto con colectivos sociales, sindicalistas o entidades como los Ángeles Malagueños de la Noche, es que hay una necesidad importante de aspectos básicos. Hay mucha gente que no tiene para comer o para costear los suministros eléctricos, o pensionistas que no llegan a fin de mes porque cargan con su familia. Hay una realidad bastante preocupante en las atenciones básicas principales. En el mundo laboral también vemos cosas que no estamos de acuerdo, como la pérdida de derechos sociales con las reformas laborales del PP y del PSOE. Estas han dejado al trabajador con derechos más limitados y sueldos más ajustados, que nos dificulta a llegar a fin de mes. Las condiciones de vida se resienten.

¿Puede sobrevivir Málaga sólo con el turismo?

Málaga necesita del turismo, pero no puede vivir sólo del turismo. Necesitamos mejores condiciones y el anterior consejero de Turismo, que era de IU, puso en marcha varias medidas por las que fue felicitado por los empresarios y los sindicatos. El turismo es nuestra industria principal, pero las condiciones no son las mejores, como ocurre con La Cónsula. Además necesitamos apostar más por la I+D+i, por lo que proponemos destinar una partida del 3% del PIB para su impulso. También queremos incidir en la política agraria para evitar los sobrecostes en los productos durante la distribución, que además empobrecen al productor.

¿Se puede cambiar el modelo productivo rápidamente, cuando la presión del paro es tal que mucha gente necesita un empleo ya?

Hay que cambiarlo, eso es seguro y necesitamos un modelo que sea sostenible, que respete los derechos de los trabajadores, que no se dedique sólo a un aspecto como el ladrillo, sino también apueste por el I+D+i. No se cambia de la noche al día, pero hay que empezar a hacerlo. Lo fácil y lo rápido es lo que se ha hecho hasta ahora. ¿Y qué hacemos con las personas en desempleo? Defendemos un plan de emergencia social que garantiza un puesto de trabajo a personas fuera del ámbito laboral, así como una renta garantizada para aquellos que ya no están en el ámbito laboral. Es un plan que rescata a las personas mientras se cambia el modelo.

¿Hay dinero para aplicar estas medidas?

Es cuestión de voluntad política, porque en este país hemos hecho lo impensable y se ha gastado el dinero de forma desorbitada. El plan de emergencia social abarca unos 16 millones de personas en todo el país, lo que supone 705.000 personas en Málaga. El coste que tiene este plan es de 50.000 millones, con los que se financiaría el trabajo garantizado, la renta garantizada, la subida del salario mínimo interprofesional a 1.140 euros, se revalorizarían las pensiones o crear un parque de vivienda o cubrir las necesidad energéticas de agua y luz, entre otras medidas. En realidad este dinero es una inversión porque una parte volverá al Estado a través de los impuestos y la productividad que generaría. Es un plan humilde y viable.

Más de 700.000 personas en Málaga es mucha gente, ¿no?

Casi la mitad del censo, porque hablamos de una población amplia, que incluye los 185.000 parados, los menores, los pensionistas... esto abarca a un gran número de persona. Queremos que cualquier persona o esté trabajando, o estudiando con ayuda económica para la formación, o con una renta garantizada, que sería lo último, ya que buscamos que todas las personas sean productivas, porque el trabajo dignifica a las personas y es esencial. Siempre es mejor sentirte productivo a recibir una cantidad económica.