­Si España es como ese gran edificio que se tambalea, el PP es el único capaz de garantizar que no se venga abajo. Este fue el principal mensaje con el que los populares quisieron dar por cerrada una intensa campaña electoral, vivida cuerpo a cuerpo en la calle, y lejos de esos auditorios huecos en los que todo parece tan lejano y frío. «Hemos buscado el contacto directo con el ciudadano, añadiendo ilusión en cada acto de una campaña cercana», dijo el presidente del PP en Málaga, Elías Bendodo, sobre el desarrollo de esta campaña, que no dudó en resumir como «la más importante en la historia de la democracia». Luchando contra esa sensación de haber soltado un tópico más dentro de esta alargada caza por el voto, Bendodo matizó sus palabras haciendo alusión a las múltiples amenazas que, según el PP, no parten con carácter noble, sino para poner en peligro la estabilidad del país. Una amenaza que pasa por todo lo que no sea un ejecutivo presidido de nuevo por el todavía presidente, Mariano Rajoy.

Los populares son conscientes de que comparten, en esta ocasión, un drama común con el PSOE y que no es otro que la irrupción de las nuevas fuerzas políticas. Aunque en el caso del PP de una manera más disímil porque el votante popular que pueda ir a parar a Podemos no dejará de ser un ente exótico, si es que existe. La amenaza se llama Albert Rivera y en el PP son conscientes de que a quien tienen que atizar es a Ciudadanos. Aunque tampoco con alevosía por lo que pueda deparar el futuro. En todo caso, para referirse a la formación naranja, Bendodo habló ayer de «experimentos» que no se sabe muy bien a dónde pueden llevar y señaló que pondrían en peligro la «estabilidad» y la «recuperación económica». Para retratar al PSOE, el líder popular apeló a los votantes a acometer un viaje temporal y que se pregunten si ahora no están mejor que hace cuatro años. Un ejercicio de responsabilidad, según los populares, que serviría para confrontar la gestión exitosa del PP con la anterior del gobierno socialista, que no lo habría sido tanto, sino que más bien antagónica. «Con el PSOE se destruyeron tres millones de empleos», recordó Bendodo.

El líder popular en la provincia, que compareció en la última planta del hotel Málaga Palacio, acompañado por el cabeza de lista del PP al Congreso por Málaga, Jose María García Urbano, y por la número uno al Senado, Ángeles Muñoz, se aventuró también ante los posibles escenarios postelectorales que ya se vislumbran. Ni la encuesta más estirada que se ha ido publicando a lo largo de esta campaña prevé una mayoría absoluta y eso precisa futuros acuerdos que lo llenan ahora mismo todo de incógnitas. «Necesitamos un Gobierno estable», señaló Bendodo, frente a la opción de un posible gobierno multipartito. Aunque en el PP el convencimiento de que el domingo volverán a ser de nuevo la formación más votada es absoluto, la principal preocupación latente ahora mismo es la de que esta victoria electoral no venga acompañada de un margen suficiente para investir a Mariano Rajoy con garantías. «No habrá mayorías absolutas», adelantó Bendodo, sin hacer mención ninguna, sin embargo, a posibles alianzas de futuro. Aunque, en este sentido todo apunte a Ciudadanos, pues otro binomio con cualquier otra fuerza política que no sea la de Albert Rivera se antoja cuasi imposible, el mandatario popular no se quiso pronunciar en este sentido. Aunque, como va siendo ya habitual en el PP, sí hizo referencia a la capacidad de diálogo del PP y a la voluntad de entenderse con todos. Con la incertidumbre desbocada, y con una amplia burbuja de votos indecisos todavía sin pinchar, Bendodo aprovechó el último día de campaña para presentar a su partido como una formación universal que puede ofrecer soluciones al votante que no suele optar por el PP. De nuevo, el mandatario popular también quiso insistir en lo que, a la postre, ha sido el denominador común de esta campaña en el PP: respaldar la gestión de Mariano Rajoy y presentar al PP como único proyecto capaz de garantizar la cohesión del Estado español. «Bajamos el IRPF y hemos creado un millón de empleos», apuntó.

Si durante la campaña Rajoy ha defendido al bipartidismo, explicando que el tradicional sistema de ejecutivos alternativos entre socialistas y populares ha funcionado bien, Bendodo expresó ayer sus dudas sobre los socialistas, a los que acusó de haberse radicalizado: «El PSOE se ha radicalizado y ahora pierde votos frente al PP». Entiende el presidente provincial, que los ciudadanos, «ante la copia, se quedan con el original».

Muñoz, por su parte, avisó de un posible pacto entre la formación de Pablo Iglesias y el PSOE. «La gente tiene que saber que el PSOE pactará con quien sea y como sea», aseguró. García Urbano también disparó contra Ciudadanos y situó a la formación a la misma altura de la Junta de Andalucía. «Ciudadanos es culpable directo de las deudas a las universidades y de las aulas prefabricadas», sentenció.