Seis meses después de las elecciones generales del 20D, en las que el PSOE-A constató su hegemonía en Andalucía, el partido que lidera Susana Díaz afronta ahora su quinto reto amenazado por el estrecho margen que le separa del PP y los efectos en la comunidad del posible 'sorpasso' de Unidos Podemos.

La hegemonía electoral del PSOE de Andalucía, la principal baza interna de Susana Díaz para ayudar a su candidato Pedro Sánchez a ser presidente del Gobierno y aspirar, si algún día lo confirma, a la más alta responsabilidad en el partido, presenta en esta ocasión una posibilidad de éxito más exigua que otros comicios.

La 'máquina" de ganar elecciones en la comunidad y de ser referencia en el socialismo español ha cerrado filas con su candidato y ha congelado las divergencias internas con el "único objetivo" de convertir a Sánchez en el inquilino de La Moncloa. Otra cosa será si el 26J el PSOE vuelve a cosechar el peor resultado de su historia.

La socialista prepara un campaña muy personal, pero compartiendo más mítines con Sánchez sobre todo en la precampaña, mientras en las campaña ambos cerrarán en Sevilla, pero no coincidirán en Málaga.

Aunque ha dicho que lo del 'sorpasso' le suena "a broma", la presidenta andaluza ve la situación "difícil" para el PSOE pero cree que puede "remontar" y "ganar".

Todo apunta a que tendrá que hacer frente a flancos como el posible crecimiento de Unidos Podemos, al acercamiento electoral del PP, a recuperar el voto desencantado del PSOE que optó por la formación de Pablo Iglesias en otras citas y a convencer a los abstencionistas.

Al margen del impacto negativo o positivo que deje a los partidos sus posiciones en el fracaso de no haber conseguido formar gobierno, otra de las dudas será comprobar en qué medida estos comicios les pasa factura por los casos de corrupción, especialmente al PSOE en Andalucía y al PP por los casos nacionales.

El reciente procesamiento de los ex presidentes andaluces, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, por el caso de los ERE o el presunto fraude en los cursos de formación de la Junta, investigados por el Parlamento y por la justicia, aparecerán en la campaña, como surgirán también referencias al Gürtel, la Púnica o Bárcenas.

El PP utilizará en esta campaña el caso de los ERE fraudulentos para aplacar al PSOE, aunque el líder del partido, Mariano Rajoy, haya anunciado que no piensa hacerlo.

Los populares creen que los procesamientos demuestran que todos los partidos se ven afectados por la corrupción y que es por tanto una batalla que librar entre todos, según fuentes del partido.

Unos 108.000 votos y 2,4 puntos fue la diferencia con la que el PSOE-A venció al PP andaluz en las pasadas elecciones, en las que consiguieron 22 y 21 escaños al Congreso, respectivamente.

Fue la cuarta cita electoral y la cuarta victoria de Díaz, frente al PP de Juanma Moreno tras las europeas, autonómicas y municipales, en las que los socialistas vencieron con un apoyo mayor que poco a poco ha ido decreciendo.

La del 26 de junio presenta más incógnitas que la anterior por la incertidumbre de un resultado que podría verse alterado si el PP consigue rentabilizar electoralmente su tarea de oposición, la gestión del Gobierno central y minimizar el crecimiento de Ciudadanos, socio de investidura del PSOE en la Junta que obtuvo el 13,7% de los votos y 8 escaños en el Congreso en Andalucía.

Con 61 diputados en juego, al principal granero de votos del candidato Pedro Sánchez se le cierne la amenaza en la comunidad del denominado 'sorpasso' de Unidos Podemos que, de cumplir sus espectativas, podría sumar hasta 15 escaños en el Congreso y un senador, crecimiento que se produciría en Sevilla, Jaén, Granada y Málaga, según algunas encuestas.

Podemos (749.000 votos) consiguió 10 diputados en la comunidad, mientras IU (256.000 votos) no obtuvo ninguno, con lo que la eventual suma aportaría a la confluencia casi los 300.000 votos que separan a Podemos y del PSOE a nivel nacional, lo que convierte a Andalucía en clave el 26J.

Las candidaturas prácticamente se mantienen desde la convocatoria de diciembre, salvó en el PP, que ha situado cabeza de lista por Málaga a Carolina España en sustitución de José María García, que renunció a repetir, y los cambios producidos por la confluencia de Podemos e IU.

Manuel Monereo, histórico dirigente de IU, es cabeza de cartel de Unidos Podemos por Córdoba, cuya lista cerrará Julio Anguita; mientras el exJemad Julio Rodríguez, lo hace por Almería y el líder del SAT Diego Cañamero por Jaén, en lugar de Andrés Bódalo, en prisión por una condena de agresión a un teniente alcalde durante una protesta.