Aunque cada voto cuenta, lo cierto es que, a la vista de los pronósticos y los análisis electorales, votar el día 26 de junio en Andalucía, Aragón o las dos Castillas puede hacer que un escaño cambie de dueño con más facilidad que lo que se espera que ocurra, por ejemplo, en Asturias o Cantabria.

Detrás de las estrategias de los partidos, de la decisión de que los líderes visiten en campaña una provincia y no otra, de que se critique más al rival A que al B, están unos pormenorizados análisis electorales que en esta ocasión han cobrado especial relevancia.

Andalucía volverá a ser decisiva en estos comicios, y no sólo por tratarse de la comunidad que más diputados elige (61), sino porque se espera que allí sea donde más se hagan notar los efectos de que Podemos e IU sumen sus votos.

De haber concurrido conjuntamente en diciembre pasado, Unidos Podemos hubiera logrado 4 escaños más en Andalucía (Granada, Jaén, Málaga y Sevilla) en detrimento de PP (2), de PSOE y Ciudadanos.

A esas posibles variaciones habría que añadir el caso de Almería, donde el último escaño se decidió por menos de dos mil votos y que, según el CIS, puede cambiar de dueño y pasar del PSOE al PP.

La macroencuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) apunta a que los socialistas perderían dos escaños en la comunidad, uno el PP, y que Unidos Podemos ganaría 3.

Hasta seis escaños pueden cambiar en Castilla y León, según los pronósticos del CIS y los cálculos de los analistas de los partidos, con lo que esta comunidad será una de las que -tras Andalucía- concentrará más miradas el 26J, además de Aragón, Canarias y Cataluña (pueden bailar 3 en cada una) y Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y País Vasco, en las que dos escaños pueden cambiar de manos.

En general, los analistas del PSOE hablan de 24 circunscripciones en las que puede bailar algún escaño y en ellas han volcado sus esfuerzos; calculan que se pueden ganar o perder hasta 8 escaños.

Las provincias en las que entienden que se juegan más, según fuentes del partido, son Jaén, Sevilla, Málaga, Palencia, Burgos, León, Albacete, Lleida, Barcelona, Cáceres, Badajoz, Valencia, Alicante, Pontevedra, Madrid, Baleares y Álava.

En el PSOE creen que la batalla por el "sorpasso" se centrará en las grandes ciudades, por lo que Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza o Málaga serán plazas importantes para defender posiciones frente a Unidos Podemos.

En el resto, parece que la candidatura conjunta liderada por Pablo Iglesias supone una mayor amenaza para los diputados de PP y Ciudadanos que para los del PSOE, ya que el último escaño en liza correspondió a esos partidos en las elecciones de diciembre.

Además de defender esas plazas en peligro, en el PP concentrarán sus esfuerzos en una decena de circunscripciones en las que consideran que pueden lograr escaño si recuperan los cerca de 300.000 votos que permitieron a Ciudadanos obtener representación en el Congreso.

Así, el PP buscará mejorar en circunscripciones como Alicante, Valencia, Toledo, Almería, Lleida, Ávila, Cáceres o Pontevedra, en las que se volcarán durante los próximos días.

Unidos Podemos buscará dos nuevos escaños en el País Vasco (Álava y Vizcaya) y otros dos en Canarias (Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas); confían que Castilla-La Mancha pueda permitirles sumar representación por Guadalajara, Ciudad Real y Albacete, mientras que lucharán también por sumar en Teruel y Zaragoza.

La analítica electoral, siempre relevante, ha cobrado en esta ocasión una especial trascendencia debido a factores como el poco tiempo transcurrido desde los últimos comicios, que permite trabajar con datos "más frescos" o la reducción de gastos de campaña, que obliga a los partidos a afinar más para averiguar en qué circunscripciones pueden ahorrase el esfuerzo porque tienen menos opciones.

Pero sobre todo ha sido el acuerdo Podemos-IU lo que ha obligado a recalcular todas las opciones.

Por primera vez en muchos años la formación que lidera Alberto Garzón abandonará el papel de víctima de la Ley D'Hondt, que penalizaba sus votos haciendo que, por ejemplo en diciembre, casi un millón de sufragios se convirtieran solo en dos diputados.

Ciudadanos, al situarse como cuarto en discordia, puede ser ahora la formación estatal que sufra mayor merma entre el porcentaje de votos obtenido y los escaños logrados, aunque el reparto de su respaldo electoral -más concentrado en las ciudades- hace suponer que el castigo sea menor.

En definitiva, los analistas han afinado más que nunca y han señalado a un grupo de provincias como objetivos prioritarios, mientras que en otras, ni las encuestas, ni los cálculos de los partidos apuntan que vaya a haber variaciones.

Es el caso de Asturias, Cantabria, La Rioja, Navarra, Ceuta y Melilla, en donde los votantes podrán pasar mucho más tranquilos los próximos días.