­Los políticos, en tiempos de campaña electoral, constituyen un contraejemplo. «Cómo vamos a gestionar nuestra economía para no gastar más de lo que tenemos y cumplir con nuestros compromisos es el gran debate que no estamos afrontando», se lamenta González Pons del efecto sedante que ejerce la televisión. «Nos vendió la cuenta de la nueva política y no era verdad», sentencia. El eurodiputado ofrece reflexiones pausadas contra la dictadura de la inmediatez.

¿Qué ambiente pulsa en Bruselas? ¿Preocupa el 26J y la incapacidad manifiesta de los partidos para llegar a acuerdos?

En la Unión Europa los resultados de las últimas elecciones no sorprendieron. Eran parecidos a los que se estaban produciendo en otros países. Tampoco sorprendió que se tardara tiempo en formar un Gobierno. Sin embargo, sí ha llamado la atención la incapacidad del PP y del PSOE para ponerse de acuerdo. Somos el primer país de Europa desde la Segunda Guerra Mundial, excluyendo el caos griego, que repite elecciones.

Los sondeos para el 26J apuntan a unos resultados similares.

Estas elecciones de junio están actuando como una segunda vuelta. Los españoles, creo, ya no están pensando tanto en elegir a un Parlamento, sino en elegir a un presidente. El PP, por lo que dicen las encuestas, se mantendrá claramente como primera fuerza pero hay una novedad con respecto a la segunda fuerza. Podemos parece que le va a ganar al PSOE y eso da lugar a un escenario nuevo con dos características: el PSOE decide si gobierna el PP o gobierna Podemos y habrá dos opciones de Gobierno claramente diferenciadas. Una de centro con el PP, o un Gobierno de extrema izquierda con Podemos.

Barrunta un desplome en las urnas del PSOE. ¿Es bueno para el PP si a cambio se traduce en un alza de Unidos Podemos?

Es malo para España que se funda el centro político en un sólo partido, que es el PP. Lo que pasa, es que no es un fenómeno exclusivamente español. En Estados Unidos se llama Donald Trump. En Inglaterra se llama UKIP, en Francia se llama Frente Nacional y está en la extrema derecha. Está Syriza en Grecia y en España es Unidos Podemos, que está en la extrema izquierda. En todas partes el populismo está creciendo y arrinconando al centro político. No es bueno para España que Unidos Podemos se esté comiendo al PSOE, pero es lo que está pasando.

¿En qué han fallado PP y PSOE?

Si el ascenso de los populismos sólo fuera un fenómeno español, concluiría que algo hemos hecho mal PP y PSOE. Pero si está ocurriendo desde Estados Unidos hasta Polonia, quiere decir que no es un fenómeno español. Por lo tanto, no tiene nada que ver con que hayamos hecho los partidos tradicionales, sino con el tiempo histórico por el que atrevesamos.

Volviendo al post 26J, ¿cree que el futuro interlocutor de Rajoy para formar un Gobierno seguirá siendo Pedro Sánchez?

Nosotros no podemos decidir por el PSOE, ni debemos de hacerlo. El PSOE tiene que elegir a sus dirigentes e intentar, al igual que nosotros, que los mejores estén al frente. Rajoy tendrá que hablar con quien dirija a Ciudadanos y con quien esté al frente del PSOE porque, aunque ganemos las elecciones con claridad, mantendremos la oferta de coalición a Ciudadanos y a PSOE.

Albert Rivera insiste en que Rajoy está incapacitado para presidir el futuro Gobierno. ¿Contempla un escenario a la catalana, con Rajoy dando un paso atrás para facilitar la formación de un Ejecutivo?

Si el PP gana las elecciones, la candidatura a la presidencia de Rajoy no es que sea innegociable para el PP, lo es para los votantes. Un candidato que ha ganado las elecciones dos veces en un plazo de seis meses no puede ser vetado por el capricho de nadie. Si Albert Rivera sólo es capaz de ser el cuarto más votado, no tiene sentido que decida sobre el futuro presidente.

¿A qué achaca la perdida de poder institucional del PP en Valencia?

El PP ha perdido poder en Valencia no sólo por la corrupción, también está el cansancio y el agotamiento del proyecto. Ahora mismo, está en una fase de recuperación con un proyecto nuevo encabezado por Isabel Bonig. Creo que los resultados se van a ver en esta convocatorio electoral, donde el PP volverá a ser el partido más votado en la Comunidad Valenciana.

La Gürtel en el PP, el caso de los ERE en el PSOE. ¿Los desmanes están saliendo gratis?

Vuelvo a decir lo mismo de antes. La corrupción no es un fenómeno exclusivamente español. En Portugal el exprimer ministro está a punto de entrar en la cárcel. En Inglaterra, el primer ministro y todos sus familiares han aparecido en los papeles de Panamá. En Alemania, el presidente de la República ha tenido que dimitir...la corrupción no tiene que ver con las ideologías, tiene que ver con las personas. Nosotros hemos tenido un problema con la corrupción en España y creo que lo estamos atajando por la vía coorecta, que es a través de la ley, la policía y de los fiscales.

Pero aquí cuesta dimitir.

En España hemos pasado de un tiempo en el que no se dimitía nunca, a un tiempo en el que se pide la dimisión exprés. Supongo que habrá un punto intermedio.

¿Qué pasa con el apogeo de los nacionalismos? Ahí está Cataluña gravitando en una tensión permanente.

Los políticos catalanes han llevado a su comunidad autónoma a un callejón sin salida. Ya no sólo perjudica a Cataluña, nos perjudica al resto de España. Después de las elecciones, ha llegado la hora de que entre todos resolvamos el tema de Cataluña. Los catalanes han dado mucho al resto de España. Muchas veces, los españoles hemos contado con el apoyo de los catalanes para progresar. Creo que llega el momento de que seamos el resto de los españoles los que pensemos que a Cataluña le tenemos que ayudar para reencontrar su sitio político en España.

¿Todo pasa por el diálogo?

Pasa porque con Cataluña se dialogue a todas las bandas posibles y con todos los interlocutores posibles. El resto de España y Cataluña tenemos que dialogar infinitamente más.

¿Cuáles son las alternativas a las políticas de consolidación impuestas por Bruselas?

Hoy por hoy, la única política económica posible es la de cumplir con los compromisos de las naciones que forman el Euro. España, para tener credibilidad, tendría que empezar por cumplir sus objetivos de déficit. El cómo se cumple, es un debate entre los españoles. Cómo vamos a gestionar nuestra economía para no gastar más de lo que tenemos y cumplir con nuestros compromisos es el gran debate que no estamos afrontando.

¿Por qué se rehuye de este debate, a todas luces, esencial?

Hace mucho tiempo que los políticos sólo hablan para la televisión. Los mensajes en televisión son muy cortos y no expresan ideas complejas. Para afrontar estos debates decisivos, tendríamos que salir de este ambiente de tertulia televisiva que se ha implantado en la política española. Si un política es eficaz no es popular.

¿La política se ha banalizado?

Sí. Creo que la televisión ha banalizado la política en los últimos dos años. Nos vendió el cuento de la nueva política y no era verdad. La nueva política resultó ser el oficio más viejo.