El ritmo de campaña es vertiginoso. La cita del presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, con Málaga fue por la tarde. Pero el día del presidente empezó temprano en Ciudad Real. El vídeo muestra a un Rajoy cercano, que transmite su mensaje con amplia sonrisa. Luego, acompañado de su gabinete de prensa, toca AVE con destino a Málaga. Fotos de rigor con anónimos y ascenso a la sede del PP en avenida Andalucía. Ante los militantes da construcciones precisas de cómo salir airoso el próximo domingo: "La clave para ganarle a Podemos es que todo el voto moderado y sensato de toda España se una, y se una en torno al PP", asegura. El voto a Ciudadanos es una sensación pasajera viene a decir.

Luego saluda al puñado de militantes que se encuentran en la sede empapelando votos. Nunca, tal vez, han chocado la mano con alguien de tanto tallaje orgánico. Rajoy, con su habitual tranquilidad se muestra animoso y esperanzado. Le acompaña, en todo momento, el presidente del PP en Málaga, Elías Bendodo, como fiel escudero. Los militantes se conocen entre sí. No hay rivalidad, hay profesionalidad y comentarios de agradecimiento.

El momento entrañable llega cuando Rajoy se remanga la camisa y llama a Antonio, veterano interventor y convencido del PP desde hace varias décadas. "Hola, don Antonio. Soy Mariano Rajoy". Hay llamadas que nunca sabes si van a ser la última. Después, mitin en frente del Teatro Romano que aborda con profesionalidad. La experiencia es un grado. El sol ya no quema y Rajoy desprende frescura. Han pasado 14 horas y un puñado de provincias. Parece mentira que sea el final de la jornada.