Las elecciones generales del 26J, entendidas por muchos como una reválida a los resultados inciertos del pasado diciembre, volvieron a plasmar ayer el dominio del PP en los grandes municipios de la provincia, donde ha ampliado incluso su ventaja respecto a los anteriores comicios. Esta vez no hubo sorpresas y las localidades más pobladas fueron de nuevo decisivas para los populares, que recuperan la hegemonía en Antequera y Ronda, las dos únicas circunscripciones que, aunque de manera muy ajustada, se le resistían.

En las quince plazas con más electores de Málaga se reprodujo el mismo esquema, con un PP reconciliado con sus votantes, seguido, en muchos casos, a gran distancia de los socialistas. Destacan casos como los de Fuengirola, en los que la subida del partido de Rajoy coincide con la caída del resto de opciones. Incluidas las de Unidos Podemos y Ciudadanos, que en las ciudades, no han conseguido ni de lejos su objetivo de poner en aprieto al bipartidismo.

La victoria del PP resulta, en estos municipios, incontestable, con una diferencia que en ocasiones se acerca a duplicar el número de votos del PSOE. La otra gran novedad en relación al 20D estriba en el retraimiento de la participación, que baja en casi todas las localidades en varios puntos.

La subida en votos de los populares se produce igualmente en algunos de los municipios en los que recientemente ha habido un cambio político. Ni Torremolinos ni Marbella consiguieron anoche mantener la voluntad de transformación que ha supuesto la entrada de nuevos partidos a las alcaldías. El más perjudicado, por su ambición y expectativas es Unidos Podemos, que ha visto cómo su unión de siglas despierta menos interés en la provincia. La formación de Iglesias, en muchas circunscripciones, obtiene peores resultados tras la coalición con Izquierda Unida, lo que deja la puerta abierta a frondosas reflexiones que habrá que ir despejando en los próximos días.

Ciudadanos, por su parte, sale de este nuevo asalto sin los traumas de otras localidades; el partido ha dejado de ser en Málaga la fuerza efervescente que hace menos de un año se coló en el mapa político e incomodó seriamente a los de Rajoy, pero, al menos, no se ha hundido. Especialmente, en puntos como Rincón de la Victoria, que les concede la segunda plaza, si bien todavía muy lejos del PP. En el municipio rinconero llama la atención el poco fuelle de Unidos Podemos, que apenas recolecta el 19 por ciento de los votos pese a la ligazón de Alberto Garzón con sus vecinos.

En las ciudades con mayor peso demográfico la organización de Iglesias y Errejón se turna con la de la Rivera en el tercer escalafón de la lista, aunque dejando muy claro, sobre todo, a nivel matemático, que a ambos partidos aún les queda camino para convertirse en las grandes localidades como una alternativa. También son significativos los resultados del PSOE, que suma al revolcón de Andalucía y de Susana Díaz la pérdida de las dos únicas plazas en las que el pasado 20D consiguió pasar por encima de su gran rival político. Los socialistas, a los que en estos comicios le han salido adversarios en todas direcciones, no han logrado explotar la tendencia y dejan atrás la cita sin ser capaces en en ningún caso de adelantar a los populares.

Una de las localidades más elocuentes sobre la dinámica del 26J es Torremolinos, que ha pasado de la histórica salida del PP de la alcaldía a aumentar hasta en un 6 por ciento su cuota de apoyos. Los populares salen igualmente triunfantes en Benalmádena y en Marbella, localidades actualmente con equipos de gobiernos de signo distinto. También con un salto considerable en el número de votos, lo que confirma, por estas latitudes, el aumento de la confianza en el proyecto de Rajoy, que sale reforzado de esta suerte de segunda vuelta del envite. En la provincia, los populares regresan al axioma de sus mejores tiempos, que siempre les concedía más poder en las grandes plazas de la Costa del Sol y en los municipios con mayor volumen de habitantes. La incógnita, en estas localidades, está en ver el grado de penetración de Ciudadanos y Unidos-Podemos, a los que, a juzgar por el 26J, todavía le queda mucho margen y tal vez recorrido.