El Ayuntamiento de Málaga ha decidido rescatar la tercera fase del Plan Turístico de Málaga, dedicado a la rehabilitación del paseo marítimo de Pedregalejo, que se encontraba aparcada desde la llegada a la Consejería de Turismo del anterior responsable, Rafael Rodríguez.

El concejal de Turismo, Julio Andrade, presentará una moción en el pleno de abril, último de este mandato municipal, en la que considera que «ha llegado el momento» de plantearse esta tercera fase, por lo que insta a la Junta y a la Consejería de Turismo «a la puesta en marcha» para la remodelación del frente litoral en la zona de Pedregalejo. El plan turístico de Málaga es un programa de renovación urbana promovido por la Junta en colaboración con el Ayuntamiento y financiado en un 60% por la administración autónoma y el resto por la municipal por una cuantía total superior a los 22 millones de euros.

Andrade explica en la propuesta que llevará al pleno que, tras la realización de la primera fase de este plan turístico y de la segunda que está en plena ejecución para peatonalizar el entorno de la Catedral, ambas administraciones estuvieron de acuerdo (cuando la Consejería de Turismo estaba gestionada por el PSOE) en la necesidad de una tercera fase que estaría dedicada a la remodelación del frente litoral en la zona del paseo marítimo de Pedregalejo.

Recuerda como en la comisión de gestión del plan celebrada el 23 de julio de 2011 se aprobó la propuesta municipal de renovación del paseo marítimo de esa zona «basada en la ordenación del espacio peatonal y de las terrazas mediante la combinación de materiales (madera y piedra) el recubrimiento del muro de ribera y la mejora de las terrazas», una propuesta que, añade la moción del concejal de Turismo, «fue aceptada por cumplir con los objetivos del plan».

La idea se torció en 2013, al poco de la llegada de Rafael Rodríguez a la Consejería de Turismo tras el pacto PSOE-IU. El consejero aparcó la tercera fase del plan alegando que su consejería no estaba para promover y ejecutar obras civiles sino para promocionar el turismo. Tras la ruptura del pacto de gobierno, el socialista Luciano Alonso volvió a Turismo, que ahora ocupa en funciones.

El Ayuntamiento considera que «las reticencias» mostradas por Rafael Rodríguez sobre esta tercera fase «deben darse por superadas», más aún si ha vuelto a la consejería Luciano Alonso, «firmante del plan inicial y partidario de remodelar el frente litoral de Pedregalejo para convertirlo en un nuevo foco de atracción turística de la ciudad».

El Ayuntamiento, con vistas a incorporarlo al plan turístico, ideó un proyecto para la remodelación de esta zona con un coste aproximado de 10 millones de euros.

El proyecto municipal pone sus ojos en los 1.200 metros del paseo marítimo de Pedregalejo para someterlos a una operación de reinvención estética total, aunque sin tocar a las tradicionales casas de la playa. La propuesta técnica supone una nueva reasignación del espacio público del paseo, además de la renovación de la solería y de partes llamativas como los toldos y las pasarelas que conducen a la playa.

La propuesta municipal, muy en la línea del Muelle 1, persigue la remodelación del paseo peatonal a través de la parte ornamental y de la estética. De los papeles de urbanismo, se desprenden dos premisas fundamentales: el orden y la coherencia visual entre los restaurantes y el mobiliario. El Ayuntamiento quiere un Pedregalejo en el que el uso privado y público del paseo esté mejor delimitado, con senderos bien distinguidos para los peatones e, incluso, un carril bici. Las terrazas de los negocios, que en la actualidad serpentean caprichosamente por toda la avenida, quedarían restringidas a un área acotada y definida por el extremo de los toldos, que serían idénticos en cuanto a forma y color. En este punto, el proyecto establece dos posibilidades: una cubierta de tela o una estructura de madera escalonada, que conectaría visualmente además con el extremo más cercano a la playa del paseo, también previsto de un material similar.

Otra de las novedades del planteamiento es la introducción de pérgolas para proteger del sol en los bancos colindantes que separan el paseo de la arena. El diseño se traslada incluso al puesto de vigilancia y a los puntos reservados para los espeteros.