Sólo quedan en la provincia de Málaga apenas dos alcaldes con más de tres décadas en el cargo. A una amplia mayoría de los vecinos de Almogía y Comares no se les ocurra preguntarles si conocieron a otro regidor al frente de su pueblo. Porque a sus 60 años de edad, el socialista Cristóbal Torreblanca aspira a ser reelegido para un puesto en la localidad de Almogía al que accediera en 1983. Y desde entonces también gobierna en el Ayuntamiento comareño Manuel Robles (PP).

Siendo de diferentes comarcas lo normal es que para encontrarlos juntos hubiese que esperar a la celebración de un pleno institucional, repleto de alcaldes, en la Diputación. Pero el caso de uno y otro es también atípico porque no sólo se consideran «amigos y estrechos colaboradores pese a representar distintas siglas»: además lideran, como presidente y vicepresidente, el Consorcio Montes Alta Axarquía que agrupa a un total de 11 municipios: Alcaucín, Alfarnate, Alfarnatejo, Almogía, Casabermeja, Canillas de Aceituno, Colmenar, Comares, Periana, Riogordo y La Viñuela.

«A mí en el Partido Popular, algunos compañeros más jóvenes, pero que tienen importantes responsabilidades en función de sus cargos, suelen llamarme el decano, por la cantidad de años que llevo en el cargo», bromea Robles. En su trayectoria política figura el cargo de diputado provincial durante unos años en los que el PP «ni siquiera podía soñar con recuperar la Diputación».

Cristóbal Torreblanca recuerda que incluso tuvo un ofrecimiento para presentarse en 1979: «Pero tenía que hacer el servicio militar. Y tuve que esperar hasta tener los 28 años». Con un año menos, 27, ya tenía su acta de concejal Manuel Robles. La obtuvo desde las filas de la antigua UCD, en 1979, desde la que alcanzaría a los 30 años el principal sillón municipal. Cristóbal, al recordar aquellos primeros años de la democracia, se muestra nostálgico: «Lo que más pena me edad es que se está perdiendo la posibilidad de ser adversarios políticos y muy amigos al mismo tiempo, como es nuestro caso. Echamos de menos aquellos primeros años de democracia en los que aprobabas todo por consenso de la totalidad de los partidos políticos».

Manuel Robles, acerca de la reciente llegada de nuevas formaciones y del posible adiós al bipartidismo, añade: «Aquí hay muchas expectativas, pero que quede claro que los únicos partidos que hemos logrado sacar a España de la crisis son el Partido Popular y el Partido Socialista. Que no vengan otros con experimentos a decirnos cuáles son las recetas».

Cristóbal considera que los inicios del actual periodo democrático también eran especiales porque ambos regidores se encontraron unos municipios sin apenas servicios, a los que hubo que dotarlos de saneamiento, electricidad o agua para los vecinos. «Y muchos otros detalles que en ocasiones se pueden olvidar».

En este sentido, compara la política en otros ámbitos: «Yo mismo no he cambiado de móvil en más de veinte años. Y la gente puede encontrar mi teléfono fijo, con mi nombre y mis apellidos, en las guías telefónicas. Ahí está uno de los secretos para seguir en el cargo durante tantos años».

Manuel lamenta en este aspecto «muchas de las cosas que están pasando. Porque nos duelen los casos de políticos que vienen a esto para beneficiarse. Nosotros seguimos en nuestros cargos porque los vecinos saben que tenemos nuestros trabajos particulares, que seguimos sin dedicarnos a la política como medio de vida. Los vecinos ven que no eres alcalde de traje y corbata, sino que eres uno más en tu pueblo. Eso la gente lo valora mucho. Quieren que seas un hombre luchador», apunta.

Paradójicamente están al frente de dos municipios muy famosos por encabezar dos estilos bien diferenciados de verdiales. Cristóbal señala que entiende tan antigua tradición, pero no es intérprete. Manuel, sin embargo, sí que es capaz de integrarse en las pandas de su pueblo como un músico más, según explica su propio compañero de trabajo en el Consorcio Montes Alta Axarquía, cuya sede se localiza en Colmenar.

Desconocen de momento si repetirán como regidores en sus respectivos municipios, porque saben que en cualquier momento los vecinos podrían elegir otras candidaturas. Eso sí, a ninguno le preocupa que algún día irrumpan en sus poblaciones Ciudadanos o Podemos. «Son flores de un día, como ya se está viendo», concluye Cristóbal Torreblanca al tiempo que empieza su partida de tenis de mesa junto a Robles.