Si hay un rasgo que define a Francisco de la Torre es el tesón. Desde que fue nombrado con 28 años presidente de la Diputación Provincial, en 1971, su carrera se ha definido por esta característica. Ahora va a tener que echar mano de ella para sacar adelante cuatro años complicados de gestión. De ese tesón y de su capacidad negociadora, no siempre cultivada para llegar a un acuerdo si no para convencer al contrario de que acepte sus postulados. Ahora tendrá que encontrar una cintura política que tenía algo oxidada por 15 años de mayoría absoluta, que le hicieron la vida muy cómoda. Se acercan curvas.

De la Torre se enfrenta a estos cuatro años con 72 años. Mantiene buena forma física, cultivada con disciplina germánica, y una experiencia política que le da un paso más ante las nuevas incorporaciones al pleno municipal, todavía inexpertas.

Ysabel Torralbo y sus tres compañeros de Málaga Ahora; así como Juan Cassá y los otros dos concejales de Ciudadanos, se encontrarán delante con un duro contendiente. De eso pueden dar fe los concejales socialistas y de IU que repiten y que llevan quince años bregando en una inhóspita oposición.

En contra tiene a cuatro fuerzas que van a ser muy exigentes para llegar a cualquier acuerdo. La primera batalla que tendrá que afrontar es conseguir el apoyo suficiente para lograr la investidura. No lo tendrá fácil. PSOE, Málaga Ahora e IU no parecen muy dispuestos a facilitarle ese trámite. Ciudadanos es con quien tendría algo más de sintonía, pero se lo pondrá fácil. Y no lo hará gratis. Es probable que el acuerdo que asegure que De la Torre sea alcalde pase por aprobar medidas en cuanto a asesores, sueldos de altos cargos y gastos generales. Estas son exigencias de programa de todos los partidos y de las primeras que se pongan sobre la mesa. Eso obligará a De la Torre a tener que replantear la organización de su equipo de gobierno. Los sueldos por encima de los 100.000 euros en gerentes de empresas municipales o el más de medio centenar de puestos de confianza -quizás incluso los directores de distrito- tendrán que replantearse.

Entre los retos que se encuentran a medio plazo, el futuro de Limasa es quizá el más importante por dilucidar. PSOE, IU y Málaga Ahora apuestan claramente por la municipalización. Ciudadanos, en cambio, no se define claramente en este aspecto y apunta más a replantear el contrato y cambiar la organización interna. De la Torre ya ha dejado claro que no descarta ninguna opción, incluida la municipalización, aunque una lectura entrelíneas muestra que no está encantado con esa opción.

Este problema será el que ponga a prueba la capacidad de negociación de Francisco de la Torre y su sentido del gobierno en minoría. La pregunta no es si se sentará a hablar con el resto, que lo hará. La pregunta es conocer hasta qué punto será capaz de renunciar a sus planteamientos -que seguro que los tiene ya más que claros, aunque no lo reconozca- para alcanzar un acuerdo. Ha perdido la posición de fuerza y ceder parece que es la única opción viable.

Además, tiene por delante una dura negociación del presupuesto, el instrumento que define las política de un equipo de gobierno. Si no se consigue un acuerdo, la ciudad se verá abocada a una prórroga que pondría en peligro el funcionamiento normal y los servicios.

Otro aspecto a definir en breve es la peregrina idea de soterrar ahora el metro al Civil. Parece que esa idea es lo único a soterrar.