Seguro que la mayoría de nosotros hemos oído hablar del aceite de CBD, o al menos de su "hermano mayor" el cannabis. Seamos o no consumidores de marihuana, sabemos que esta sustancia se usa tanto para aliviar los síntomas de diversas enfermedades como para hacer un uso recreativo de ella.

Pero es que además el cáñamo ha revolucionado el mundo de la cosmética con unos productos basados en su aceite rico en vitaminas, minerales y fitosteroles que penetran más profundamente en la piel. Además, esta hidratación extra está lejos de ser pegajosa y armoniza con el Ph.

Estos cosméticos no llevan THC (la sustancia psicoactiva de la marihuana) o lo hacen en un porcentaje tan pequeño que resulta despreciable, por lo que no podemos esperar ningún efecto no deseado, y sus productos son aptos para cualquier edad. Encontramos champús, jabones, cremas, ungüentos, bálsamos y lociones para manos o pies y enriquecidos con otras plantas como romero o azahar. El aceite de cáñamo, además de sus conocidas propiedades en su uso culinario, es hipoalergénico y está repleto de ácidos grasos no saturados que mejoran la calidad y elasticidad de la piel.

Además, el cáñamo está comenzando a ser un cultivo responsable y sostenible y es perfectamente legal, aunque todavía arrastra esa identificación con la marihuana y su uso más frívolo, pero nada más lejos de la realidad. Debemos revisar los tópicos que relacionan el cannabis con adolescentes muertos de risa y el tráfico ilegal. Actualmente, muchos estudios y cada vez más organizaciones respaldan los buenos usos de estas plantas que, tanto en cosmética como en usos terapéuticos más específicos dan unos resultados geniales sin efectos secundarios. Además son ecológicamente responsables y no testan sus productos en animales. Sin ir más lejos, una marca de reconocido prestigio como The Body Shop cuenta ya con una línea de productos alrededor del cáñamo. Así que abramos nuestras mentes y nuestros cuerpos a estas nuevas alternativas que suponen un refrescante cambio.