Don Juan Carlos fue formado en su adolescencia para que, cuando llegase el momento, pudiese acceder a la Corona de España. A finales de los años 40, tras una entrevista entre don Juan de Borbón y Franco, el Caudillo pidió al padre del Rey que éste se mudara a España a cursar sus estudios. Los deseos de Franco se materializaron en 1950 cuando don Juan Carlos regresó a España desde el exilio y cursó sus estudios de bachillerato. Tras finalizar sus estudios secundarios, don Juan Carlos recibió instrucción militar en Zaragoza, Pontevedra y Murcia.

En 1961 don Juan Carlos se casó con la princesa Sofía de Grecia y la pareja se trasladó a vivir a Madrid, obedeciendo los deseos de Franco y desoyendo las voces contrarias de don Juan de Borbón, que estaba enfrentado con el Caudillo. Las relaciones entre padre e hijo también se vieron deterioradas, hasta el punto que don Juan Carlos no asistió en 1966 a la conmemoración del aniversario de la muerte de Alfonso XIII. No obstante, don Juan Carlos manifestó en esta época que no accedería al trono mientras su padre viviera.

Esto no fue así y Franco eligió a don Juan Carlos de Borbón y Borbón como su sucesor. La aceptación del Príncipe provoca una herida aún más profunda en las relaciones con su padre, legítimo heredero del trono.

"Todo queda atado y bien atado". Francisco Franco pronunció la famosa frase durante una sesión de las Cortes, celebrada el 22 de julio de 1969, para referirse a la designación de su sucesor político, Juan Carlos de Borbón. A pesar de contar con el beneplácito del Caudillo, el que sería conocido años después como Juan Carlos I, tuvo varios competidores en su carrera hacia el trono de España.

Carrera por el trono

Siguiendo las reglas de sucesión dinástica, Juan de Borbón debió haber sido el encargado de recoger el testigo de Franco. Las malas relaciones entre el dictador fueron el condicionante para que el jefe de la Casa Real nunca llegase a ser considerado como posible sucesor. La renuncia de sus derechos oficiales a favor de su hijo Juan Carlos abrió el camino para la sucesión a su primogénito.

Los carlistas también aspiraron a ostentar la corona española. Javier de Borbón-Parma y, sobre todo, su hijo Carlos Hugo de Borbón-Parma fueron sendos pretendientes al trono de España. Las tres audiencias del futuro presidente del Partido Carlista con el dictador motivaron las creencias de su sucesión real. Estas convicciones resultaron ser totalmente infundadas, tal y como quedó de manifiesto cuando Franco expulsó del país a la familia entera de los Borbón-Parma por su actividad política.

Por último, el matrimonio de la nieta de Franco, Carmen Martínez-Bordiú, con Alfonso de Borbón y Dampierre en 1972 dio pie a rumores sobre la alteración de la línea sucesoria. Su padre, Jaime de Borbón y Battenberg, ya había renunciado a sus derechos oficiales en favor de su hijo en 1933. Sin embargo, Franco no cambió la decisión que tomó en 1969 y Juan Carlos de Borbón fue nombrado Rey de España en 1975.