Esta crónica nace tocada por La Parca. Está moribunda en el momento que ya se saben los finalistas. La felicidad o la tristeza campan en los locales de ensayo. Don Carnal se va escampando por el techo del teatro, abriendo la puerta del honor a las bellas artes y va buscando la garganta de Antonio Carlos para que lo libere en forma de pregón. La calle va empujando a un concurso en fase terminal. La gran final se divisa. Los hombres y mujeres que nos cantarán las alegrías y penas de esta tierra marinera ya han sido elegidos. Toca disfrutar, solo disfrutar. El color del arlequín lo determina un jurado. Nosotros solo podemos abandonarnos al placer de la copla y el repertorio valiente. Momo corretea por un patio de butaca bullicioso que el viernes lucirá las máximas galas. Momo sabe que aplaudiréis con criterio de público sano. Momo me ha dicho que vuestro corazón latirá por cada uno de los que laten en el escenario. Málaga se viste de chiquilla descalza con pelo moreno y tirabuzones, con traje blanco vaporoso y toda la sal de la gracia adornando su cuerpo. Málaga nuestra madre, novia o amante os esperas hijos e hijas del noble arte de defender a vuestro pueblo. Qué viva la alegría. Qué viva la libertad.

Los señores y caballeros de El museo utilizaron los minutos cantados de los pasodobles para marcarse la tanda del concurso. Brutales. El pellizco que algunas veces falta en la comparsa engrasada y de fiel motor alemán de los de Dede alcanzo cuotas de cuatro dedos de vellito de punta. En vilo seguíamos una necesaria denuncia a los recortes de la sanidad de la Junta. Bárbaro. Donde hay que decirlo. El segundo se puede denominar de tirarse del gallinero en plancha. Los alhaurinos, la hija más amada de nuestra Málaga carnavalera, el pueblo del cual mucho vivimos enamorados, nos cantaba el piropo reivindicativo a la capital. Las verdades de nuestras miserias tapadas por ese turismo de crucero y de calle Larios como centro del universo. Gracias por no tirar la oportunidad única de la reclamación en forma de letra de nuestros problemas. La de letras que se tiran en polémicas estériles mientras 200 edificios históricos de nuestra ciudad han sido derribados o la suciedad nos come. Camino inexorablemente de un primer premio, la comparsa de El Lugá bascula las voces durante el repertorio con movimientos de sus integrantes mejor que el Málaga de Pellegrini. No se la pierdan el viernes.

De Marbella nuestro alcalde marinero volvía a desplegar una virtuosa musicalidad y una bella puesta en escena. La comparsa del pueblo encandila por su espectacular ritmo. Una vitalidad de voces y requiebros con un punteo de guitarra de maestría nos trajo dos buenas letras en pasodobles. Ese amor tan peculiar de los chicos de Moya por nuestros carnavales fue narrado en un piropo honesto. Más amante que amada. Un segundo emocionante a la terrible enfermedad del cáncer. Epidemia sin duda de nuestros tiempos. A todos nos toca. Un cuplé muy guasón al terremoto destacó en la tanda. El popurrí es de abandonarse al salitre y olas que rompen en cualquier playa de Marbella. El silencio antes de sus pasodobles se mascaba. Expectación y un profundo respeto de este que es su teatro. Los piropos del aficionado llano a la comparsa se sucedían de forma sincera. No olvides nunca esta historia de amor que vamos labrando entre Málaga y su carnaval y vuestra comparsa. Como no olvidaremos la gran final que el viernes nos ofreceréis. Bravo.

La murga del Susi, Los auténticos realizaban un buen pase. Un poco descafeinado, levantado por las inmensas tablas de sus tenores. Un primer pasodoble a los hijos levantó emociones sinceras. El segundo de categoría con pura esencia malagueña. La historia de un espetero de los de aquí enfermo del terrible Alzhéimer. En los cuplés divirtieron. El primero a su paso por la feria de turismo. Las caídas y gestos del espetero durante el cuplé son de partirse risa. Un remate flojito. En cambio el segundo al terremoto fue puntero con recadito a nuestro presidente Rafael Acejo. Ya saben con su toque de sal sazonan un pedazo de popurrí. Quiero un calamar espetado para la final. Avisado quedáis. Mientras los chicos de Benji volvían con ese homenaje sentido al carnaval malagueño. Recuerdo en la tanda de cuplés como cogían alúas los que me rodeaban mientras con risa cómplice disfrutaba de ellos. La especialización es lo que tiene. Sinceramente mi primero personal en el disfrute. Los que vienen de prestao cantaron mucho mejor que en preliminares con un final de popurrí de sacar medio cuerpo de la platea. Sigo dando las gracias por esta apuesta tan arriesgada y necesaria para la fiesta. De 10. Un pase más para ver salir de ese cajón todos los bártulos de las comparsas de Miguelillo del Palo. El Lama y sus Exnovios de la muerte cosecharon una de las grandes ovaciones de la noche. La carita del Lama mientras escuchaba cuarteto cuarteto coreado por el teatro se quedará grabada como uno de los recuerdos del 2016. Entrañable cuarteto y simpatiquísima parodia de estos peculiares legionarios. A por todas el viernes. El comedor, buena comparsa cordobesa afectada por ser la última del concurso y Los muertos de risa, murga de El Salar que consiguió lo primero de su nombre en vez de lo segundo en el público, cerraba la sesión

Momo, a eso de las 2.30 de la madrugada, designaba a los afortunados. No me sobra nadie, pero me faltan algunas. Si se puede intuir que las coplas han cobrado fuerza. En murga la risa como baremo. Acertado creo yo. En cuartetos poco que añadir. Correcto. Y la comparsa. Ay la comparsa. Que de pasiones desata. Amigos, yo lo veo sencillo. Los repertorios han triunfado al formalismo. Que cada cual saque sus conclusiones. Ánimos y autocrítica a los que no han pasado. Responsabilidad a los finalistas en las formas y en los mensajes. Málaga os espera. Defensores y defensoras del lema de la primera en peligro de la libertad. Málaga no puede estar más orgullosa de sus hijos y nosotros tan contentos de quererla. Viva nuestro carnaval.