Han pasado casi dos semanas desde que Senegal cayera con estrépito ante España en el Gran Canaria Arena (88-49). Tras ese partido, el objetivo senegalés en la inminente Mundial de baloncesto era otro que no terminar último en el Grupo B, en el que quedó encuadrado junto a Argentina, Grecia, Croacia, Filipinas y Puerto Rico.

Sobre el papel, los choques frente a Senegal iban a ser extremadamente fáciles. Sin ir más lejos, se esperaba que la actuación de la selección africana en el grupo fuese similar a al rendimiento de Irán o Egipto en el grupo A. Sin embargo, el rendimiento de los senegaleses en el Mundial está sorprendiendo a propios y extraños, pues ya están prácticamente clasificados para el cruce de octavos de final, presumiblemente ante la selección española: España debe terminar primera de grupo y los africanos, cuartos.

De hecho, Senegal solo ha tenido dos cuartos malos en este Mundobasket. En el partido inaugural ante Grecia se quedaron en 17 puntos en los primeros veinte minutos, fruto del nerviosismo de afrontar una cita de tanta repercusión como la Copa del Mundo. Tras la charla de Cheikh Sarr se vio a una selección diferente, sin miedo. El nerviosismo senegalés se había transformado en ímpetu y en ganas por hacerlo bien, con un jugador mayúsculo que guía a todos sus compañeros. Hablamos de Gorgui Dieng, compañero de Ricky Rubio en los Minnesota Timberwolves. Dieng, que ganó el trofeo universitario con los Cardinals de Louisville, ya terminó el encuentro ante Grecia con 21 puntos y 14 rebotes, siendo un quebradero de cabeza para los interiores helenos.

El apretado calendario del Mundial tiene cosas buenas y malas. Para Senegal, jugar día sí día también le ha permitido llenar el medidor de confianza, tanto que sorprendió a Puerto Rico (82-75) y coloreó la cara a Croacia (75-77). En ambos encuentros, la victoria senegalesa se cimentó en el dominio interior de Dieng sobre sus pares rivales, permitiendo así tiros libres de sus compañeros. De esta manera, Senegal se coloca con 2-1 en su grupo con dos partidos por jugar: el miércoles ante Argentina y el jueves contra Filipinas. Con la clasificación casi asegurada, Senegal siente que en España, donde se le vieron las vergüenzas, también se ha visto el poder de la fe y de la ilusión por ganar. Como dijo Tim Duncan: "Juega por el nombre que llevas en el pecho y no por el de tu espalda". La selección africana lo ha llevado hasta su máxima expresión.