La recién nacida que fue abandonada en Estepona el pasado 14 de agosto falleció en la madrugada del martes al miércoles. La pequeña, que se encontraba en coma inducido por fármacos, monitorizada, intubada y con respiración artificial, permaneció desde que fue encontrada en la UCI de Neonatos del Materno Infantil de Málaga, y no pudo superar, finalmente, la gravedad de su estado.

Esta trágica historia, que ayer tuvo un triste final, comenzó cuando, durante la madrugada del 14 de agosto, una residente de la urbanización Paraíso Barronal de Estepona, que se encontraba de vacaciones en España con su familia y la niñera, escuchó un ruido procedente del jardín de la casa aledaña.

Al ver que se trataba de un bebé, la mujer, de origen Kazajo, avisó al Servicio de Emergencias 112. Sin embargo, la sorpresa fue mayúscula cuando descubrió que la mujer que había dado a luz era la niñera, de tan sólo 20 años, que llevaba trabajando para la familia aproximadamente un año y que había viajado con ellos durante sus vacaciones. En principio no sospecharon de ella y llamaron a la policía.

Pero, al encontrar el cuarto de baño de su vivienda sucio, dedujeron que la trabajadora era la madre de la pequeña.

La niña fue trasladada al hospital Materno Infantil, donde se le diagnosticaron carencias ocasionadas por lesiones neurológicas y pasó la Unidad de Cuidados Intensivos, donde no logró superar los daños.

Por su parte, la madre del bebé fue trasladada, en primera instancia, junto a la pequeña y pasó la noche en planta baja, debido a que su estado era grave pero no tanto como el de la niña, y estuvo bajo custodia policial.

Ya el pasado viernes, el titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Estepona decretó su ingreso en prisión provisional y sin fianza, imputándole inicialmente un delito de homicidio en grado de tentativa.