Zonazine nos trajo, en su tercera jornada, Frontera, el primer largometraje de ficción de Manuel Pérez, una proyección que sorprendió gratamente a los espectadores que brindaron una ovación cerrada al terminar.

El filme tiene su origen el centro penitenciario Quatre Camins, donde la asociación TransFormas y un grupo de personas privadas de libertad conforman el proyecto escénico TeatroDentro, que realiza funciones en la citada cárcel. Pero su ambición fue a más y se pusieron en contacto con la productora Cornelius Films y Manuel Pérez: «Querían saltar la barrera de lo que suponía el teatro en el interior del centro, que estaba limitado a cierto número de espectadores y espectáculos al año y decidieron abrir el trabajo a un grupo más amplio», recordó ayer Pérez.

El argumento usa como excusa la aparición de un virus que deja aislado a un grupo de actores, seis internos y ocho del exterior; a partir de esta casi anécdota, el filme explora de manera magistral las fronteras, las físicas y evidentes, pero también las mentales, las personales. Prejuicios, etiquetas y estigmatizaciones son los conceptos desarrollados de manera intensa pero a la vez reflexiva, planteando el presente como el momento importante, sin importar nada más; por eso mismo no se escarba en el porqué están ahí los reclusos, ni tampoco en la vida de los actores: «Una vez que ellos están en el proceso de la privación de libertad el pasado ya no es importante; lo importante es el presente, tanto el de los reclusos como el de los actores externos, que son parte de este encierro».

La cinta fue rodada en solo cuatro semanas y media, tras salvar el principal obstáculo, el financiero. «Lo demás resultó relativamente fácil pero levantar la película en el aspecto económico fue complicado», recordó el cineasta, quien argumentó: «Nos ha costado hacer entender que esta es una película de verdad, no un vídeo casero».

Ahora esperan que entre en el circuito de distribución tradicional a partir de otoño y que «corra por muchos festivales hasta entonces». Me permito añadir que confío en que así sea: Frontera es un filme que lo merece absolutamente por su impecable trabajo cinematográfico y por su habilidad para impactar al espectador, pero no de una manera violenta, sino, más bien, envolviéndolo a medida que avanza el metraje, transmitiendo emoción y realismo en cada minuto, en cada imagen.