María, una niña de trece años que vive en una zona marginal de Buenos Aires, conoce a un adolescente que se gana la vida haciendo malabares disfrazado de Spider-Man. Surge el amor y a partir de ahí se conocerán las oscuridades domésticas de la vida de María. Una película estremecedora.

Caminando por la calle vio a una niña de unos doce años embarazada; eso le marcó y no pudo quitárselo de la cabeza hasta que terminó haciendo un filme. ¿Es María y El Araña una forma de no mirar hacia el otro lado?

Es cierto, es una forma de no mirar para otro lado. Pero hay mucha gente que no mira para otro lado y que sale a trabajar, de otra forma, para que esto no siga sucediendo. Y obviamente hay gente que aunque mire, piensa que si la niña esta embarazada es porque así lo habrá querido, y, bueno, será su deber tener a ese niño... Quiere decir en definitiva que es una forma de ver sin ver. Y por último están los que para no sufrir o por egoísmo invisibilizan las penas de los demás.

¿Cree que en nuestra sociedad occidental grandes monstruos como el abuso infantil, el abandono escolar o la explotación laboral infantil son obviados por los gobiernos?

Estoy segura de que si nuestra sociedad occidental pusiera el mismo empeño que pone en la corrupción, la fabricación de armas, los negocios con los laboratorios médicos, la protección de la imagen de figuras religiosas y tantas otras cosas donde enfoca ávida su mirada, si pusiera tanto empeño en proteger a los niños y adolescentes... Muy distinta sería la vida de tantas pequeñas víctimas.

La cinta transcurre en un entorno marginal y opresivo casi en su totalidad; sin embargo cuando se desarrolla la historia de amor adolescente el entorno cambia. ¿Busca intencionalmente esa contraposición poética de una amor sanador, un amor que hace que tu mundo por más oscuro que sea, cambie?

Sigo creyendo que el amor es sanador. Y siempre poético. En el caso de mi película, no es la mano de los adultos la que ayuda a los chicos; son los propios chicos que se sostienen, acompañándose, protegiéndose y amándose entre ellos.

¿Pretende que María y El Araña sea vista por el espectador como una historia de amor que integra una denuncia social o una denuncia social que integra una historia de amor?

Pretendo emocionar al espectador, lo intento, voy por ese camino y ojalá lo logre. Truffaut decía que finalmente buscaba la emoción. Si buscara la denuncia, quizás hubiera hecho un documental contundente en casos y cifras y declaraciones testimoniales... Yo salí de ver Los cuatrocientos golpes, de Truffaut, y tenía un nudo en la garganta y el corazón dolido... Lo mismo que cuando vi a la chiquita embarazada. Y eso es lo que quiero transmitir.

@KarennWallace