­­­Volver a la India. Éste es objetivo principal del personaje que encarna Juan Diego en Anochece en la India, cinta de Chema Rodríguez, en la que también participan Clara Voda y Javier Pereira, que ayer acudió a la competición del certamen malagueño. El papel del actor de Los santos inocentes, que recibió el Premio Málaga en 2009, está inspirado en Lorenzo del Amo, pionero en organizar viajes a Katmandú en los años setenta, un aventurero que desde hace años vive en una silla de ruedas a causa de una enfermedad.

¿Cómo le sienta volver a este Festival a presentar película?

Vengo mucho a esta ciudad, pero tengo que reconocer que el Festival de Málaga es muy especial. Tal y cómo está en este momento el mundo del cine, no sé qué haríamos si no existiera este certamen. Porque levantar una película cuesta, pero intentar encontrar un sitio donde estrenarla... En este sentido me parece que algunas películas logran estrenarse gracias a Málaga.

Encarna a un hombre castigado por la vida y con un carácter agrio. ¿No se cansa de que siempre le pongan en la piel de personajes taciturnos?

No. Además, tampoco lo es tanto: es un cachondo. Un cachondo malhumorado. Tiene esa forma de mirar la vida con la palabra fuerte. Tiene un entrante un tanto difícil, pero después se va abriendo. Empieza a sentir algo nuevo, algo que tenía olvidado, dejado, como sostener la mirada a una mujer. Así es un poco la vida. Uno sueña y después viene la vida y te jode el sueño o te lo arregla.

La historia también refleja que no hay malo tan malo, como tampoco hay bueno tan bueno.

Claro. Además, este hombre no ha hecho nada malo... Sólo que tiene un tono de voz alto.

¿Contar con un referente real facilita la composición del personaje o lo condiciona?

Tener ahí a Lorenzo siempre está bien. Porque de pronto comencé en un primer encuentro a imitar sus gestos, cómo cogía la pipa o el tenedor... También sentía que tenía que trabajar mucho porque tenía que ponerme dos piernas distintas, lo que me haría tener también una manera distinta de entender la soledad y el mundo. Y así se produce el encuentro del personaje con la verdad construida por el director.

Como decía antes, el mundo del cine está muy tocado. ¿Cree que vivimos su peor etapa?

Lo que ocurre es que se quieren cargar el cine, directamente. No se le puede gravar al cine ni al teatro un 21% de IVA. Es una barbaridad que impide la realización de proyectos y la llegada del público. Eso por un lado. Por el otro, no dan un duro. Lo que creo es que la cultura molesta a los que mandan. También ocurre con la enseñanza y la investigación. Parece que todo lo que sea conocimiento les molesta.

¿Y qué hay detrás de esa molestia?

Una ideología que se llama caverna. En la que hay que recortar todo sin que se recorten sueldos de los bancos. Qué te voy a contar... Es que uno se va calentando...

¿Qué opina de la ausencia de Wert en la ceremonia de los Goya?

Pues que ya está bien, hombre, Un poquito de... No sé, de algo que no sé qué es...

¿Educación? ¿Vergüenza?

Pues eso: un poquito de educación y vergüenza. Pero la realidad es que está ahí. Este pueblo de España ha votado con mayoría absoluta...

Lo que resulta la gran contradicción ante tantas protestas...

Claro. Pero lo que ocurre es que no se puede engañar a la gente. Pero presentando un programa en el que aseguro que no voy a tocar nada, así llego yo a presidente del Gobierno. Pero después hay que cumplir ese programa en, al menos, un 80%. Y lo que ha pasado es que no han cumplido nada y encima agravan la situación.