El director de fotografía Kiko de la Rica, que este jueves recibe el Premio Ricardo Franco del Festival de Málaga. Cine Español, como reconocimiento a su trayectoria profesional, ha defendido la fotografía como "la caligrafía y el acento" del lenguaje cinematográfico, como una "sintonía ideal" que haga crecer el guion de la película.

"Siempre parece que acabas de empezar, porque sigues aprendiendo, me sorprende encontrarme hoy aquí por una trayectoria que no te das cuenta y que parece que he tenido te encuentres hoy aquí", ha manifestado De la Rica, que este jueves en la rueda de prensa previa a la gala en la que se le hará entrega del galardón, que se otorga en colaboración con la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, a técnicos de prestigio en el cine español, personas que con su trabajo tras la cámara, dan forma a las películas

Aficionado a la fotografía desde los 12 años, cuando, con uno de sus hermanos, descubrió "la magia del estudio y me enamoré de la fotografía". "Empecé iluminando en el País Vasco las misas de los domingos", ha recordado.

Se introdujo en el mundo del audiovisual a finales de los 80 con la realización de 'spots' publicitarios, televisión y cortometrajes, y dio el paso al largometraje con 'Salto al vacío', de Daniel Calparsoro.

Entre las películas en las que ha trabajado están 'Balada triste de trompeta', 'Las brujas de Zurragamurdi' y 'La chispa de la vida', de Álex de la Iglesia; y 'Lucía y el sexo', de Julio Medem, títulos por los que estuvo nominado a los Goya. Finalmente, con 'Blancanieves', de Pablo Berger, consiguió la estatuilla al a mejor fotografía.

En el caso concreto de 'Blancanieves' ha explicado que "al final tienes que pensar qué película tienes, qué presupuesto tienes y qué puedes hacer" para "no meterte en un lio". Así, ha comentado que "Pablo Berger la pensó muy bien y cuando fuimos a rodar sabíamos lo que queríamos", lo que permitió hacerlo con rapidez.

"Me dio cierta libertad y rodamos como una guerrilla", ha apostillado, al tiempo que ha agregado que para cuidar la imagen buscó "un sistema que me funcionara y creo que no es lo soñado pero que conseguimos grandes cosas". Ha asegurado que no tiene grandes referentes porque no ha sido "obsesivo con los nombres". "No soy un cinéfilo", ha admitido, subrayando que tiene "su ojo y gusto concreto".

Con respecto a la relación con los directores, ha señalado que cada uno tiene su personalidad y manera de trabajar, pero ha admitido que prefiere a aquellos que tienen "un estilo visual, un lenguaje y una forma de contar personal", porque, "a partir de ahí, tú con tus conocimientos y componente creativo aportas los elementos que de alguna manera arropen o hagan que la película sea una pieza más redonda".

Aunque reconoce que ya lo han tentado, por el momento no se ve rodando en una gran producción en Estados Unidos. "Me gustan las películas pequeñas, he estado en Nueva York rodando y la forma es distinta", ha asegurado, afirmando que se maneja "bien en los sitios pequeños". "Como tenemos poco dinero al final los decorados son naturales; eso de iluminar una calle de 500 metros..."

Entre el negativo y el digital, ha asegurado que prefiere el primero. "Se pierden cosas en el digital", ha afirmado, precisando, no obstante, que "cada película tiene su textura y su calidad" y que "la aportación creativa o visual del propio soporte es un ingrediente más y lo bonito es que haya gama para tener elección". Aunque, ha agregado que "es normal tal y como está la situación del cine español" que se emplee el digital.